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Miguel Huertas Córner Cordobés

16 de junio de 2021 05:20 h

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La sinceridad debe imperar en todas las decisiones de un individuo. Aún más para reconocer errores o que determinadas cosas no fueron bien. Esta temporada, entre unas cosas y otras, no ha sido el mejor año para el deporte cordobés por equipos, entre ascensos, no ascensos, permanencias y descensos. Sin embargo, hay entidades que, aun con limitaciones económicas amplias, siguen rindiendo por encima de sus teóricas posibilidades. Siguen saltando el listón de la lógica y se aúpan donde nadie o muy pocos pensarían que llegaría. Es el caso del Córdoba de Balonmano.

Si bien su sección masculina entró en una fase de ascenso a Sacyr Asobal sin premio final, no va realmente este serial por ellos, sino por ellas. El Deza CBM, sección femenina del cuadro granate creada hace muy pocos años, consiguió una gesta casi inimaginable a principio de temporada: no es otra cosa que ascender, por primera vez en su historia, a División de Honor Plata Femenina, la segunda categoría del balonmano nacional. Con CORDÓPOLIS habla una jugadora que, ya por sí misma, es el principal baluarte y estandarte de lo que siempre ha predominado en el Córdoba de Balonmano: la apuesta inequívoca hacia la cantera. El ejemplo de ello es Ángela Zurera, aún exultante tras el ascenso.

Ángela Zurera Quero (Córdoba, 2001) es de familia balonmanera: de padres y tíos dedicados a este deporte. Aunque al principio dudara entre elegir baloncesto o balonmano, finalmente se decidió por el segundo; lo cierto es que no le ha ido mal del todo por el momento. Ya vacunada con la primera dosis por su condición de estudiante de Magisterio en prácticas, ahora que todo parece volver a la calma, está inmersa en sacarse el carné de coche. Todo parece volver a la normalidad, pero lo cierto es que ya puede decir que tiene un ascenso a sus espaldas.Todavía me es difícil cuando veo ahora más las imágenes y todo, estoy aún flipando un poco y siempre estamos con la coña de que somos de plata, que somos de plata. Ya ha pasado una semanilla del domingo pasado y todavía estamos como aterrizando”, asegura sentada en la grada del pabellón de Fátima.

Un bloque compacto con derecho a soñar

¿Creía el vestuario en el ascenso tan prematuro? Desde luego, si no se cree, no se podrá hacer. Ángela Zurera explica que “nosotras, dentro del vestuario, sí teníamos el sueño de que lo podíamos conseguir. Yo pensaba que iba a ser más lejano, sinceramente. Sabíamos que podíamos conseguirlo, pero tan cerca...”. Dos años es el tiempo que ha pasado desde que se formó el equipo senior del conjunto cajista, siempre aupado por juveniles para conseguir el objetivo. “Creo que era el momento perfecto también para ese impulso para el club, el tener dos equipos en plata del masculino y el femenino”, agrega. “Creo que es lo que mejor le ha podido pasar al club (el ascenso). Por toda la cantera femenina que viene muy fuerte. Lo que tenemos que hacer es intentar permanecer en esa liga para que disfruten todas las que vienen de la cantera a ayudarnos y ahí permanecer”. Ella, además, es uno de los principales exponentes de esos talentos por pulir, pues inauguró el equipo infantil femenino hace ya varios años con pocas niñas como compañeras. Ese esfuerzo lleva hasta 2021.

El paso a División de Honor Plata, sin duda, supondrá un cambio de altura para la plantilla que ha conseguido el ascenso, aunque Zurera ve la clave en mantener el bloque y sólo hacer ligeros retoques. “Yo creo que vamos a permanecer muchas y también va a haber alguna ayuda de fuera, pero el grupo lo más importante es que siga y somos las que hemos conseguido también ascender. Todas somos conscientes de lo que podemos hacer y hemos sido muy importantes, juguemos más minutos o menos. Hemos sido un grupo que hemos trabajado con las juveniles, (un grupo) muy grande, con 30 y muchas personas unidas”, explica sobre una temporada atípica que, si bien ha sido dura, ha supuesto el sueño para muchas de jugar en la segunda categoría del balonmano nacional.

Si no se da el factor administrativo de por medio, además, habrá un derbi cordobés por primera vez en División de Honor Plata Femenina. Adesal y Deza CBM se verán las caras en la categoría si las primeras no adquieren finalmente la plaza de Zuazo. Fuensanta contra Fátima. Verdes contra granates. Ángela Zurera, enfundada con la 99 de su equipo, ya piensa en la cita.Va a ser un derbi bonito. Estaremos con ganas de enfrentarnos a todo lo que venga pero con los pies en la tierra”, confiesa la jugadora cordobesa, que además añade que “somos una plantilla bastante joven y al principio nos va a costar bastante, pero creo que podemos plantarle cara”.

Un ascenso entre apuntes y pandemia

Quizás, este curso 2020-21 ha sido de los más atípico e inusuales que se recuerdan en tiempos recientes. Con el coronavirus aún causando víctimas -ritmo frenado por el alto índice de vacunación-, en lo académico también ha afectado. Algunas clases, presenciales; otras, desde casa. Los exámenes eran más de lo mismo. Y claro, los meses de mayo y junio, a parte de estar reservados para fases de ascenso en lo deportivo, también lo están para los pruebas de final de curso; en su caso, de segundo de carrera. “(La fase de ascenso) a mí me pillaba un poco los exámenes finales; entonces yo tenía la cabeza... nos dijo Mario (Ortiz, entrenador del Deza CBM) que por favor, que nos concentráramos mucho en la fase, que hiciéramos como si estudiábamos fuera, que la fase era balonmano y nada más. Y yo un poco cuando venía a entrenar, intentaba no pensar en los exámenes finales y, cuando iba a mi casa, intentaba centrarme en el estudio y al final me ha salido bien”. En el parqué y el aula, todo sale de fábula. Y Ángela quiere que así siga yendo. “Voy a seguir estudiando a la par que balonmano. Como estamos ahora mismo, hay muy pocas que puedan dedicarse sólo al balonmano, pero con trabajo todo puede llegar”.

En una fase de ascenso contra el Asociación Abaranera, el EMD Aceuchal y el Mare Nostrum Torrevieja, tocaba contra el tercero la última fecha de la fase de ascenso, toda ella celebrada entre los pabellones de Fátima y Valdeolleros. Los dos primeros partidos se contaron por victorias para el Córdoba de Balonmano para llegar a un último duelo marcado por la igualdad y la defensa. Fue un marcador corto (14-12), más propio de una primera parte, pero todo fue fruto del miedo al error a la vez que la ilusión por salir triunfante. Los últimos minutos, con ventaja ligera cordobesa, fueron de infarto. “Nunca nos quisimos dar cuenta, pero yo me acuerdo perfectamente de los últimos minutos de partido, que estábamos defendiendo y yo miré al tiempo, que quedaban tres minutos, y dije que, como mis jugadoras paren en esta defensa o la portera la pare, esto es nuestro, con calma los siguientes ataques, pero esto es nuestro ya”. Y vaya si lo fue. Y muchos pensamientos rondan la cabeza en cuanto suena la bocina. “Todo el trabajo que hay detrás, todo lo que hemos sufrido, lo que hemos trabajado desde agosto muriéndonos de calor y todo el trabajo que hay detrás de todo el mundo, de técnicos, de jugadoras, de todo”. Eso es lo realmente importante.

Con un equipo que se centrará más en la plantilla senior que en que le ayude la juvenil, Ángela Zurera tiene claros los motivos por los que la gente tendría que ir a ver al Deza CBM, si es que todo lo enriquecedor de su testimonio sirviera de poco. “No hay más que ver los títulos que hemos conseguido este año y años atrás. El club está creciendo muchísimo. Ya no es sólo el femenino, sino también lo que está consiguiendo el masculino. En el femenino creo que hemos dado un paso muy grande, con solo dos años de equipo senior, poder estar en plata, nadie este año hubiese pensado a principio de temporada: sólo nosotras en pretemporada soñando. Que se unan a la familia, que no se van a arrepentir”, explica la jugadora de 20 años; “he tenido muchos amigos y amigas que han venido a verme sin tener ni idea y de decirme que el año que viene estarán ahí con el equipo”. Para ello, la sociedad cordobesa y las instituciones -esto con más ahínco- deben contribuir al crecimiento del deporte cordobés y, por ejemplo, de la instalación de Fátima, donde las consecuencias de la tormenta del pasado fin de semana (insertar aquí noticia de la tormenta en fase de ascenso) aún se notan en la pista con la resina. “Es muy necesario que se cumplan las medidas del club, porque no puede pasar en una fase de ascenso algo así. Hemos perdido también muchos entrenamientos por ese tema y creo que es el momento de (reconocer que) aquí está pasando algo y hay que arreglarlo”, señala ante un colectivo, el de la prensa, al que no está acostumbrada por el momento. La gesta del Deza CBM ha hecho que pase de ser casi anónima a la luz pública a ser una pieza más del engranaje de elite deportiva en la provincia de Córdoba, con Ángela Zurera como estandarte de los valores granates tanto dentro como fuera de la pista.

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