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Luces y sombras entre géneros en el baloncesto cordobés

Lance de un encuentro del UCB

Cristian López

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El baloncesto, como todo el deporte cordobés en general, ha vivido una temporada de luces y sombras. Una de grises, aunque, en este caso, diferenciada por géneros. Y es que el curso deportivo 2022-23 comenzó de la manera más ilusionante, teniendo al Milar Córdoba como gran referente de la disciplina en toda la provincia. El cuadro califa, en apenas tres años de existencia, ya había logrado alzarse hasta la segunda categoría del baloncesto femenino nacional, algo no visto en la ciudad desde hacía más de una década. Por tanto, la ilusión era máxima en torno a un plantel que había logrado lo que el masculino lleva años añorando, y no es otra cosa que aglutinar los principales recursos presentes en la provincia y de ahí sacar adelante un equipo referente.

El proyecto se construyó con ilusión y con mimbres para hacer soñar a la afición, ya que a un emblema del proyecto como Marta Martínez se sumaron numerosas jugadoras con amplia trayectoria internacional, algunas de ellas siendo fijas con sus selecciones nacionales. Sin embargo, pese al buen inicio que tuvo el equipo de Mireia Capdevila, los resultados no llegaron y la ambición se fue esfumando al tiempo que el Milar no abandonaba la plaza de farolillo rojo del grupo. Salió Capdevila y se incorporó al veterano Eduardo Burgos, aunque tampoco funcionó, y el curso lo completó el técnico canterano Pedro Cabello, cerrando la temporada con un pobre balance de tan solo 3 triunfos en 30 partidos, cayendo por tanto a la Liga Femenina 2.

De ahí partirá el principal referente del baloncesto femenino cordobés, que, eso sí, seguirá siendo el equipo presente en la categoría más alta, al militar en la división de bronce. Una temporada también agridulce para el resto de contendientes femeninos, en su caso compitiendo en la N1, y donde ninguno pudo acceder al play off de ascenso. El Adeba fue el mejor clasificado con una cuarta plaza, mientras que el Maristas y el UCB acabaron séptimo y octavo respectivamente.

En contraposición, la nota más positiva llegó en clave masculina, ya que ahí se dieron los resultados más ambiciosos. El UCB Camper Eurogaza fue el principal exponente en su primera andadura en Liga EBA, donde, a las órdenes del veterano Rafa Gomáriz y con un plantel mayoritariamente cordobés, se erigió como el club revelación en el Grupo D-A y estuvo a punto de clasificar para la fase de promoción. La novatada la pagó en las últimas jornadas, aunque el balance es notable con una sexta plaza a razón de 12 triunfos y 10 derrotas.

Con todo, en los escalafones más bajos sí que hubo revolución. Y es que el Climanavas Agrometal Peñarroya, que se había marcado el reto de volver lo antes posible a la EBA, cumplió con su cometido y se ganó el ascenso. El que no estuvo a la altura de lo esperado fue el Coto Córdoba CB, también con retos de ascenso, aunque cayó a la novena plaza, pero consigue promocionar desde los despachos. El Puente Genil fue quinto y el Maristas sexto, mientras que Cabra y Montilla descendieron a categoría provincial.

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