Antonio Conde, un silbato olímpico
No son pocas las historias que esconden unos Juegos Olímpicos. La gran cita mundial del deporte que cada cuatro años (valga la excepción de esta edición de Tokio) reúne en un país a los mejores representantes en busca de alcanzar la mayor gloria en sus disciplinas. Porque no hay una cota mayor que saborear el metal en dicha competición, sea cual sea la modalidad. Historias de superación, de deseo, pero también de frustración. Relatos de gloria, de tragedia. Hazañas de bienvenida, aunque también honores para decir adiós. De sueños cumplidos. Y no solo entre los deportistas se puede escenificar esa amplia gama de sentimientos, pues son muchos otros los estamentos que se reúnen para dar forma a una cita olímpica. Actores menos conocidos pero que, desde la sombra, desempeñan un papel igual de trascedente para su desarrollo.
Es el caso del árbitro cordobés Antonio Conde, que estos días en la capital japonesa está cumpliendo uno de los mayores hitos de su trayectoria. Y es que la presencia del colegiado califa hace que el baloncesto andaluz en general y el cordobés en particular se encuentre muy bien representado en la cita olímpica.
En efecto, la designación, por parte de la FIBA, de Conde para unos Juegos Olímpicos no es sino una consecuencia lógica de su excelente trayectoria en el arbitraje internacional (a su vez, como es lógico, consecuencia de su trayectoria doméstica). Su bagaje fuera de las fronteras nacionales a nivel de selecciones absolutas, al que ahora se une esta cita olímpica, es impresionante, habiendo dirigido, entre otros, un Mundial masculino, tres femeninos, dos europeos masculinos y otros tantos femeninos.
Eso sí, antes de llegar a Tokio, al cordobés le tocó participar en el Preolímpico disputado en Canadá, donde tuvo una destacada actuación, que le permitió, incluso, a dirigir la final, en la que se midieron la República Checa y Grecia, con triunfo final para los primeros. Ya en la capital nipona ha arbitrado hasta el momento, y siempre como árbitro principal y con buena nota, tres encuentros. Son los casos del Alemania-Italia, Estados Unidos-Irán e Italia-Nigeria, siendo los mismos correspondientes a los grupos A y B. Con todo, su andadura en la cita dependerá del avance que tenga la propia selección española. De momento, el equipo de Scariolo se ha clasificado para los cuartos de final, donde se enfrentará a USA, por lo que Conde podría tener la oportunidad de dirigir alguno de los otros tres partidos de dicha ronda.
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