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Un año de tormento en el Córdoba: de la dura caída a la ilusión renovada

Los cuatro entrenadores del Córdoba en 2019 y Andrés Martín tras el descenso | CORDÓPOLIS

Rafael Ávalos

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Más que los días comienzan a contarse las horas. El presente año está a punto de ser pasado. Poco, muy poco resta para que suceda. Razón ésta por la que corresponde realizar un repaso a lo ocurrido en los últimos doce meses. Aunque esta vez resulta un tanto más complicado pues 2019 no es precisamente un período que vaya a dejar un grato recuerdo al Córdoba, como tampoco a su entorno. La causa, el tormento sufrido durante un tiempo marcado por un duro descenso a Segunda B y un convulso regreso a dicha categoría. Sólo un relevo en el banquillo permite desde octubre recobrar buena parte de la ilusión antes perdida o apagada. Todo a nivel deportivo, ya que el apartado institucional es otra historia. El punto final en esta ocasión deja números tales como la presencia de dos directores deportivos en el club o la acumulación de cuatro técnicos. Pero la cifra más significativa es quizá la de jugadores con al menos un partido oficial: nada más y nada menos que 51.

La cuesta de enero: altas, bajas y… resultados adversos

El año que ahora termina arrancó de forma parecida al anterior. El Córdoba ocupaba una plaza de descenso en Segunda A y requería una reanimación urgente -si bien no tanto como en 2018-. El conjunto blanquiverde era antepenúltimo pero estaba a sólo dos puntos de la permanencia y además venía de unas vacaciones felices tras superar por 4-1 a Las Palmas. Ese triunfo fue un espejismo pues no hubo reacción. Con este panorama, el club trabajó para reestructurar la plantilla en el mercado de invierno. Y lo hizo, aunque antes tuvo que saldar una deuda con el Osasuna que le bloqueaba. Por si fuera poco, debió hacer equilibrismo con su rebasado límite salarial y contar con la estricta supervisión de LaLiga.

Lo cierto es que el conjunto blanquiverde incorporó a siete futbolistas en enero, cuya llegada facilitaron las ocho salidas que se dieron. Eso sí, una de las últimas no fue tal: Josema se marchó cedido al Nàstic tras haber estado a préstamo en el Sochaux. Las bajas tuvieron muy diversa fórmula, pero cobró especial importancia la del traspaso. De dicha manera abandonaron el club Javi Galán (Huesca) y Jovanovic (Al-Fateh de Arabia Saudí), así como de modo definitivo Sergi Guardiola (Valladolid). En el último caso se zanjó una desacertada cesión al Getafe y se cerró una positiva venta que, por otro lado, incluyó para junio a Álvaro Aguado.

Pero la reconstrucción de la plantilla no sirvió y los resultados se produjeron de forma totalmente opuesta a la esperada. El cuadro califal cerró enero con un balance de un empate y tres derrotas que le hizo quedar a cinco puntos de la salvación. El mal fue menor dentro de lo que cabía. Así fue como las dudas sobrevolaron un banquillo que en ese momento ocupaba Curro Torres. No por mucho tiempo…

Adiós a Curro Torres: la oportunidad de Rafa Navarro

Tras un mal primer mes de año el segundo no mejoró demasiado. El Córdoba anduvo de manera errática también en febrero, período en que sólo logró un triunfo y acumuló otras tres derrotas. La situación se tornó insostenible para el club, que optó por realizar un relevo de entrenador. Era el segundo de la temporada. De esta forma, Curro Torres salió de la entidad. La destitución del alemán concedió una oportunidad soñada a Rafa Navarro, de manera que la cúpula deportiva tenía ya pleno sello blanquiverde. Cabe recordar que la dirección deportiva estaba en manos de Rafa Berges. El nuevo técnico asumió con ilusión y ganas el reto. No era para menos, iba a tomar las riendas de su equipo. Aunque el transcurso de los meses…

Una inevitable y dura caída a Segunda B

Si bien comenzó con un empate ante el Málaga (1-1), el periplo de Rafa Navarro como entrenador del Córdoba no fue todo lo agradable que hubiera imaginado. Más bien al contrario, ya que la regeneración deportiva fue imposible. El equipo tardó cinco duelos en ganar desde el cambio de preparador y después apenas ganó otro partido más -sin contar la victoria ante el Reus, lograda sin jugar por la exclusión del cuadro catalán-. El balance en 15 jornadas -14 más la mencionada ante los tarraconenses- fue de tres triunfos, tres empates y nueve derrotas. La caída a Segunda B resultó inevitable tanto como extremadamente dura. Sobre todo por las formas pues en algunos encuentros el cuadro califal apenas ofreció sensación competitiva: los choques ante el Extremadura (3-0) y el Lugo (0-4) fueron los más claros ejemplos. El descenso se certificó a falta de cuatro fechas para el cierre del campeonato.

El verano de la revolución: Enrique Martín y Javi Flores, los líderes

Durante los seis primeros meses de 2019 fueron hasta 32 los futbolistas que vistieron en un momento u otro la camiseta del Córdoba. Entre ellos estuvieron dos canteranos que lograron debutar: Chuma y Moyano. El primero vio la puerta de salida como otros 23 jugadores a lo largo de un verano en que la entidad se propuso llevar a cabo una revolución total. Rafa Berges abandonó la dirección deportiva y Jesús León, entonces presidente, optó por Alfonso Serrano. La trayectoria en Segunda A del vallisoletano fue su aval para comandar un proyecto que en realidad iba a tener otro líder. O dos dadas las circunstancias. El capitán había de ser otro hombre experimentado en superiores categorías: Enrique Martín fue el elegido para dirigir al equipo. La ilusión renacía.

Además de la llegada del navarro para el banquillo otra colmó de alegría al entorno del Córdoba. Ésta fue la de Javi Flores, que regresaba al club ocho años después. El de Fátima venía a ejercer de adalid desde el vestuario y era el fichaje estrella dentro de un mercado en el que el conjunto blanquiverde se vio reformado casi por completo. Sólo cinco futbolistas de la 2018-19 continuaron y lo cierto es que dos de ellos estaban fuera cuando terminó esa temporada: los cedidos Zelu y Sebas Moyano. Todo pasaba por una profunda reconstrucción, que se efectuó con jugadores contrastados como Isaac Becerra, Imanol García o José Antonio González con otros menos conocidos como Jesús Álvaro o Juanto Ortuño. Y con un internacional absoluto: Fidel Escobar.

Persiste la tormenta, golpe de timón

No transcurrió la temporada según lo previsto en Segunda B. La plantilla apenas pudo completarse en un mercado estival que había marchado bien. Pero el problema principal fue que el institucional, que no sólo se mantuvo sino que se agravó. El conjunto blanquiverde no cobraba, como tampoco el resto de empleados de la entidad, y el ruido era excesivo. Al tiempo, Enrique Martín no acababa de dar con la tecla y poco a poco dio muestras de cansancio. Como resultado, un tramo inicial de campaña alejado de lo proyectado. El Córdoba apenas venció tres encuentros de los nueve primeros, un ciclo que finalizó con una derrota difícil de digerir -por las formas- en Cartagena (2-0). Ese encuentro y la situación del equipo, fuera de un play off del que salió en la cuarta jornada, trajo un golpe de timón en medio de la tormenta. El entrenador decidió arrojar la toalla y en su lugar el director deportivo, Alfonso Serrano, colocó a Raúl Agné.

Nuevos aires: se renueva la ilusión

El Córdoba vivió su tercer relevo en el banquillo y contrató a su cuarto técnico de un año que iba camino de ser el más duro en el plano deportivo de los últimos tiempos. Lo cierto es que esta vez sí hubo efecto revulsivo, si bien no se produjo directamente. Tras estrenarse con triunfo, Agné sufrió su primera derrota en Talavera (2-1) después de un partido que sonrojó en el campo y fuera de él. Fue éste el punto de inflexión de un cuadro califal que desde entonces sólo perdió un encuentro -más otro en Copa-, fue capaz de encadenar tres victorias y consiguió dos consecutivas fuera.

De repente tomó impulso y aunque despide 2019 con un primer tropiezo en El Arcángel se sitúa en quinto lugar y a sólo tres puntos del play off. En este período llegaron nuevos aires en la propiedad y se resolvieron los problemas de pagos, lo que quizá vino a ayudar. La ilusión se renovó de cara a un 2020 que es visto como una oportunidad de sonreír. Por cierto, que desde agosto fueron otros 22 los jugadores que vistieron la elástica del conjunto blanquiverde en Liga y 24 si se cuenta la competición copera. Aunque de esta cifra hay que restar cinco que lo hicieron entre enero y junio. La cifra global fue de 51.

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