Vimcorsa expone y recrea el universo estético de Tomás Egea

Tomás Egea no nació en Córdoba, aunque hizo más por conciliar a los cordobeses con la modernidad artística que muchos de los padres del arte contemporáneo de la ciudad. Y lo hizo de una manera bien natural: Sacando el arte moderno a la calle y obligándolo a convivir con los ciudadanos. Éstos rara vez eran conscientes de que, detrás de las vidrieras y el arte cerámico que adorna las calles, estaba la imaginación y el pulso de uno de los grandes artistas que residían de la ciudad.

Egea llegó a Córdoba en los años 50, y falleció en la ciudad en enero de 2018, mientras prepara la exposición que este jueves abre sus puertas en la Sala Vimcorsa. Una muestra integral del universo estético y ético de alguien que fue pintor, decorador, urbanista y profesor, y que estuvo implicado hasta su deceso en la propia exposición. Su hija, Lola Egea, cree que estaría bien contento con el resultado.

“Hubiera disfrutado muchísimo de ver todas sus cosas reunidas y lo elegante que ha quedado la exposición”, afirmaba Egea, que cree la muestra habría sido “un estímulo muy grande” para el artista, con el que, según el comisario de la exposición, Jesús Alcaide, “Córdoba tenía una deuda”.

“Egea estuvo en el germen de lo que fue la modernidad en Córdoba. Hablamos de un tipo que cuando llega a Córdoba en los años 50, rápidamente se vincula con Equipo 57, con el arquitecto Rafael de la Hoz y con el psiquiatra Castilla del Pino”, ha reflexionado Alcaide en la presentación de la exposición, que recoge 250 piezas de Tomás o inspiradas y desarrolladas a partir de trabajos del artista realizados entre 1963 y 2018.

En esos 55 años, Egea hizo de todo: Obra gráfica, cómic, maquetas, lienzos, ilustraciones, cartelismo, logotipos, tipografías, diseño arquitectónico, vidrieras o murales cerámicos. Todo ello barnizado con una importante capa de reflexión crítica sobre la realidad que ha vivido España desde hace más de medio siglo, desde la dictadura a la democracia, y de la democracia al capitalismo salvaje y la burbuja inmobiliaria, de la que él tomó parte activa y fue su principal crítico.

Para constatarlo, nada mejor que acercarse a la muestra de Vimcorsa, que recupera una conferencia impartida en un lejano 1978 junto al arquitecto Rafael de la Hoz convenientemente animada por Zum Creativos y que hace una reflexión absolutamente vigente sobre la relación entre el ciudadano y la arquitectura. Incluso antes, en la primera de sus obras expuestas, La Gran Beata (1963), ya aplicaba distancia irónica a las tradiciones castizas.

La obra pictórica, la gran desconocida

La obra pictórica quizá sea, según ha señalado el comisario de la muestra, la parte más desconocida de Tomás Egea, y para ello en Vimcorsa se encargan de resaltar de entrada algunos de sus lienzos y la versatilidad estética del artista. Alcaide ha resaltado que, si bien se ha huido del carácter homenaje, la exposición no ha podido evitar convertirse en una gran retrospectiva.

No obstante, tal y como era expreso deseo del homenajeado, se ha permitido jugar con el espacio, de modo que todas las salas han sido intervenidas con dibujos de José Ruiz Albalá, y se han recreado algunos de los más icónicos trabajos arquitectónicos del maestro. “Se ha hecho la exposición que él quería”, ha asegurado el comisario, que ha remarcado que, cuando falleció, Egea seguía trabajando “con el periódico al lado”.

Y es que, para Alcaide, Tomás Egea “dio un paso más que Equipo 57” y llevó el Arte Contemporáneo a la calle. “Tomás consiguió que esa modernidad conviviese con la gente de una forma natural. Ésa es la gran revolución de Tomás”, ha resaltado.

Por su parte, el concejal delegado de Cultura, David Luque, ha destacado la importancia que tiene el propio espacio de Vimcorsa, que es “la mejor sala y casi la única que tenemos en el ámbito municipal”, y que además ha optado por promocionar el arte contemporáneo. Luque agradecido la implicación tanto del fallecido artista como de su hija y su familia, cuyo concurso ha hecho de la muestra un evento “especial” que además “no ha perdido los matices con los que se concibió en un principio”.

Finalmente, el gerente de Vimcorsa, Rafael Ibáñez, ha valorado la importancia de la exposición, una sucesión de obras “potentísima y elegante” que plasma a la perfección “el estilo de un autor versátil y polifacético como era Tomás Egea”.