El viaje del 'Flamenco Queer' del cordobés Hugo López: del New Yorker a un festival de cine de Turquía

El Crossroads International Film Festival de Turquía, un evento cinematográfico referente en igualdad de género, ha premiado el documental Flamenco queer, dirigido por Ana González y Frederick Bernas, y que narra la historia personal del bailaor y coreógrafo granadino Manuel Liñán, la misma que ha servido de base para el laureado espectáculo de danza flamenca ¡Viva!.

Y en esa historia juega un papel muy importante el bailaor cordobés Hugo López, un personaje central en ¡Viva! y parte integrante de la historia de Flamenco queer, una producción británica y española que estrenó en exclusiva el diario The New Yorker el pasado mes de junio, mientras celebraba el Mes del Orgullo 2021.

Desde entonces, el vídeo acumula cientos de miles de reproducciones y ha ido ganando premios en diversos festivales, lo cual ha permitido dar a conocer la historia de Liñán y los otros seis hombres, Hugo López entre ellos, que le han acompañado en este catárquico viaje personal y escénico hasta compartir sus tendencias de travestismo, un secreto que se ha mantenido en el armario durante más de tres décadas. Algo mucho más flamenco de lo que se piensa.

Aunque Liñán sea quien lleva la voz cantante en el documental, todos los bailaores tienen, en su armario personal, historias similares: un rosario de pruebas de vestuario femenino a escondidas, incomprensión, insultos y desprecio. Un cúmulo de sentimientos que el espectáculo ¡Viva! ha transformado en aplausos y ovaciones allí donde se ha presentado, desde su puesta de largo en 2020.

Un nuevo éxito también para el bailaor Hugo López (Córdoba, 1989), parte esencial del elenco de ¡Viva! y Flamenco Queer, y que también ha explorado esta temática en el espectáculo Tablao queer, junto a Jonatan Mir y, Miguel Heredia, donde exploran las identidades de género mientras rompen los códigos y las regulaciones.

López se formó en el Conservatorio Profesional de Danza Luis del Río y, paralelamente, en la academia de baile Flamenco de su hermana y maestra, Encarna López. Completó su formación en el Centro Andaluz de Danza de Sevilla, al tiempo que comenzó a prestar su cuerpos a artistas y coreógrafos ya consagrados como Javier Latorre, del cual se considera discípulo, Antonio Canales, Rocío Molina, Rubén Olmo, Farruquito o Joaquín Grillo.

Por el camino, ha ido haciéndose con diversos premios (el principal y más laureado, el premio El Desplante en el Concurso Internacional del Cante de las Minas 2018) y ha convertido en bailaor solista en las mejores compañías del país (incluido el Ballet Flamenco de Andalucía), todo ello sin descuidar los tablaos de Madrid y Barcelona, donde su presencia es habitual y muy aplaudida.