Las palabras deben mirarse, no escucharse
José María Báez inaugura la temporada de las Galerías del Cardenal Salazar llenando de palabras la escalera barroca de Filosofía y Letras| El artista aprovecha para reivindicar el arte en “tantos espacios sugerentes” de la ciudad
El Cardenal Salazar está un poco menos solo. Lo rodean las palabras, la geometría y el color de la obra de José María Báez (Jerez de la Frontera, 1949) en la barroca escalera del antiguo hospital de agudos, hoy Facultad de Filosofía y Letras, y en donde un enorme lienzo retrata al prelado. Todo es representación inaugura el tercer curso de las Galerías del Cardenal Salazar, un proyecto que ahora dirige el profesor José Álvarez. Comprobar como se ha ajustado la obra a un espacio concreto y el papel activo que ha tenido en la muestra la base de esa Facultad, sus alumnos, hace pensar que, inevitablemente, este curso promete.
Un alumno del grado de Historia del Arte entregaba anoche catálogos a los visitantes que llegaban a la inaguración de la singular exposición. Un catálogo diseñado por ellos en el que la profesora de Teoría de la Literatura, Celia Fernández, firma el texto de la exposición titulado con una frase de El Lissitzky, “las palabras deben mirarse, no escucharse”. También han sido alumnos los que han ayudado a montar la exposición, a empaquetar las obras en el estudio del artista, a difundir la muestra en la prensa y las redes sociales.“Alumnos comprometidos a pie de obra”, en palabras de José Álvarez, que llevan a la práctica la teoría museográfica aprendida en las aulas de esa misma facultad.
Las palabras de Báez también resonaron anoche desde el rellano de la monumental escalera mientras lo miraban sus palabras, algunas colgadas a 10 metros de altura. El artista, que ya no pinta palabras desde hace cinco años, explicó a los asistentes que las obras que veían son una mezcla de varios periodos que van desde 1988 a 2006 ordenadas solo bajo criterios estéticos, sin más argumentación. Las obras se relacionan entre sí “en virtud de su horizontalidad y la similitud de su formato” y la única constante a tener en cuenta “es la servidumbre al propio espacio”.
En ese espacio puede leerse, hasta final de enero de 2015, palabras para generar pensamiento. O todo lo contrario: “La muerte es un don del pensamiento” o “El deseo es la enfermedad”.
Báez aprovechó el acto de anoche para reivindicar para el arte “tantos espacios sugerentes” de la ciudad, que podrían suplir “la falta de espacios expositivos con condiciones estándar”. El artista ha sido testigo de cómo esta exposición “nada convencional” no ha impedido el cotidiano discurrir de la Facultad de Filosofía y Letras, algo “que se puede rentabilizar en otros muchos edificios”. Báez califica de “fascinante” la experiencia de Todos es representación, un proyecto de trabajo mano a mano entre artista y estudiantes y amoldado a un espacio. “Las obras así se distancian del espectador y cobran un perfil menor, eso es lo fascinante”, explica Báez.
La exposición Ensemble de Juan Serrano y Miguel Gómez Losada inauguró hace tres cursos las Galerías del Cardenal Salazar, un proyecto promovido por la UCO y la delegación de Cultura del Ayuntamiento, que se extiende, en realidad, a todos los rincones de la Facultad.
¿Cual será el próximo espacio que se trasforme con otras representaciones? “La pintura revela”.
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