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El medievo más desvergonzado del Arcipreste de Hita llega al Góngora

Presentación de "El Libro del Buen Amor" esta mañana FOTO: TONI BLANCO

Manuel J. Albert

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Marisol Membrillo y Ricardo Luna interpretan una adaptación de 'El Libro del Buen Amor' escrita por Antonio Serrano y dirigida por Manuel Canseco

Todo comienza con una concatenación de llamadas. La primera la hizo el dramaturgo Antonio Serrano al director Manuel Canseco. “Manuel, te voy a pasar unos textos sobre El Libro del Buen Amor que creo que te van a interesar”, vino a decirle. A Canseco se le pusieron los pelos como escarpias. “Seamos sinceros, las anteriores adaptaciones que se han hecho de estos textos del Arcipreste de Hita fueron, como mínimo, plúmbeas”, ha señalado esta mañana en una rueda de prensa en la que presentaba el resultado final de aquella charla: la producción Coplas de Buen Amor, interpretada por la cordobesa Marisol Membrillo y Ricardo Luna, bajo la dirección del propio Canseco.

Es cierto que la primera llamada de Serrano a Manuel Canseco acongojó algo al segundo, pero enseguida se disiparon los miedos. “La selección de textos que había hecho era jugosa, había dialogado muy bien los versos y le había dado mucho ritmo”, ha explicado el director. Solo restaba convencer a un par de músicos lo suficientemente amigos y “tontos” -en cariñosa definición de Canseco- para embarcarse en esta aventura. Mabel Ruiz y Carlos González son los incautos que no solo tocan la cítola, el colachón, la sinfonía o la guitarra de cuatro órdenes, sino que también recitan e interpretan algunos pasajes.

Todos ensayaron durante meses, a caballo entre Almería, Córdoba y Miguelturra, en Castila La-Mancha. “Allí comíamos muy bien, pero nos encerrábamos a aprender unos textos que no eran nada fáciles de memorizar porque están escritos en una versificación antigua”, reconocía Canseco. Para Marisol Membrillo, el trabajo de retención ha sido arduo, “pero a nivel cognitivo era fácil asimilar para los papeles”, ha explicado. Ella interpreta a Cantante, Don Amor, Doña Endrina y a la Trotaconventos. Y Luna encarna a Juglar, Arcipreste, Don Melón y Doña Endrina.

Siete personajes para dos actores. Y con una escenografía mínima compuesta por un atril, cuatro bancos y pequeños cambios de vestuario. “Añadiendo solo un pañuelo o una ballesta, los dos se transforman completamente en sus distintos personajes”, elogiaba esta mañana el director. “Lo que hemos querido es hacer un juego”, continuaba.

Con toda la austeridad, la imaginación disponible y el espíritu juguetón, los integrantes de esta producción han llevado a escena el retrato gamberro y sinvergonzón que de su época hizo el Arcipreste de Hita. “Dudo mucho que hoy en día nadie cercano a la Iglesia escribiese cosas ni parecidas a las que plasmó el Arcipreste”, aventuró Membrillo. “No le dejarían”, recalcó Canseco.

El Teatro Góngora acoge el viernes y el sábado a las 20.30 la representación de Coplas de Buen Amor, del Arcipreste de Hita.

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