María Hesse, escritora e ilustradora: “Ya está bien de buscar un motivo para ser una superwoman”
Tras el éxito recabado por su último libro El Placer, María Hesse (Huelva, 1982) una de las ilustradoras y escritoras más reconocidas de España, volvía el pasado miércoles a Córdoba para presentar su último libro ilustrado Malas Mujeres (Lumen), en el cual reflexiona sobre los constructivismos y arquetipos femeninos en torno a los que hemos ido creciendo.
La autora de biografías ilustradas de Marilyn Monroe, David Bowie o Frida Kahlo, hace en este libro un repaso histórico sobre diferentes mujeres (reales y ficticias) y sus historias, y también sobre cómo a lo largo de los años éstas se han ido adaptando y divulgando.
Este libro es un análisis para intentar entender cómo tenemos que ser las mujeres y cómo no teníamos que ser
PREGUNTA. Vienes con un libro nuevo que se llama Malas Mujeres. Cuéntame un poco la génesis del libro y cómo se enmarca en tu trayectoria respecto a los libros de Marilyn o David Bowie.
RESPUESTA. Tiene más que ver con El Placer. Llevaba tiempo indagando en redes sobre algunas de las cuestiones del libro: cómo nos han educado a las mujeres para que pensemos que somos enemigas. Este libro es un análisis para intentar entender cómo tenemos que ser las mujeres y cómo no teníamos que ser. Hemos vivido una vida narrada por hombres, desde los mitos, literatura, cine, ciencia, en general cualquier tipo de narrativa. Mediante el libro resignificamos toda esa narrativa y podemos entender de dónde venimos, el entorno que han construido alrededor de nosotros y las narrativas que están haciendo muchas mujeres y que por fin nos sentimos reflejadas.
P. En el libro repasas la vida de varias mujeres (tanto reales como ficticias), ¿hay alguna que te haya impactado particularmente o con la que te hayas sentido identificada?
R. Ha habido muchas. Recuerdo la primer vez que comprendí el mito de medusa. Cuando empecé a tratar esta temática en Brujas y Malas mujeres, la agenda que precede a Malas Mujeres de 2022, me sorprendió el caso de Madame Bovary, este libro se salvó de la censura, ya que daba muchas lecciones a las mujeres de la época para que no acabaran como el personaje de Emma Bovary.
P. ¿A qué personaje de tu libro te hubiera gustado conocer?
R. Elegir a una mala mujer del libro es muy difícil. Ninguna destaca sobre otra, todas son interesantes por diferentes motivos. Respecto a un personaje real, hay que tener cuidado; muchas veces cuando conoces a personas que admiras te puedes sorprender para bien y para mal. Me interesa conocer a las mujeres que están vivas a día de hoy, saber cómo es su mundo, su vida cotidiana, no por cotillear, sino por conocerlas. En definitiva…conversar con ellas.
P. Tus ilustraciones recuerdan a los dibujos de Frida Kahlo, ¿te sientes influenciada artísticamente por ella?
R. La referencias que tuve para hacer este libro fueron los cuadros pre-rafaelistas, principalmente. No obstante, me gustan las pinturas de Frida y puede que algo de eso haya calado en mí. Hay muchas cosas que te influyen sin tú ser consciente. El arte es subjetivo.
P. ¿Cuándo fue el punto de transformación en el que decidiste usar la ilustración como medio para mandar un mensaje de concienciación?
R. El dibujo para mí ha estado toda la vida presente como medio de expresión. No siempre he dibujado para contar cosas. En muchas ocasiones lo he hecho porque me ayudaba a evadirme y me lo pasaba bien.Después se me abrió la vía profesional, me hacían encargos. No obstante, lo mejor para mí es poder desarrollar mis propios proyectos. Cuando haces un trabajo personal que no es un encargo, te da la oportunidad de liberarte y mostrar tu máxima expresión. El arte es necesario como forma de expresión social y política.
P. ¿Qué crees que queda de la niña a la que calificaban como loca en el colegio?
R. Al inicio este libro tenía la intencionalidad de hablar de esas mujeres de ficción (las que aparecen en el libro), pero se entendía mucho mejor cuando se hablaba de mujeres de la vida real, a las que se las acusaba con esos arquetipos. Lo que terminaba de ofrecer la experiencia completa al lector era acercarse a lo personal. La infancia marca de por vida. A día de hoy soy otra persona. No obstante, hay cosas de ahí que aún perduran.Si aquella niña mirase donde estoy hoy se sorprendería. Yo nunca me lo hubiese imaginado.
P. ¿En qué consideras que se parecen las mujeres de tus relatos a ti?
R. En muchas cosas sí y en otras no. Todas estamos conectadas por el hecho de ser mujeres y por el patriarcado, nos han narrado la misma historia. No obstante, cada una tenemos nuestras vivencias.
Hemos vivido una vida narrada por hombres
P. ¿Estás de acuerdo con la teoría de que los personajes femeninos necesitan sufrir algún suceso negativo para empoderarse y ser socialmente aceptados?
R. En ese tipo de historias, principalmente en cine, hay que mirar quién las dirige y de quién es el guion. La ficción que están construyendo las mujeres a día de hoy no tienen la necesidad de mostrar a una mujer empoderada. Ya está bien de buscar un motivo para que nos convirtamos en superwoman. Salir del maltrato ya es suficiente, sin la necesidad de sentirnos superpoderosas, no tenemos esa obligación. Está bien hundirse. No hace falta sufrir para crecer como personas, ya bastante sufrimos porque la vida, simplemente es dura.
P. ¿Qué estructuras patriarcales consideras que siguen estando muy presente en nuestra vida cotidiana?
R. Eso no cabe en una entrevista. Eso sería una conversación aparte.
P. ¿Consideras que la liberación de la mujer, que tanto resaltas en tu libro, está en buen camino para lograrse?
R. Aunque hay muchos estereotipos que perduran en el tiempo vamos cada vez a mejor, aunque sea un proceso lento. A día de hoy no ha llegado totalmente, pero a base de ir luchando y peleando vamos consiguiendo pequeñas metas. Algo hemos avanzado.
P. ¿Qué obra de ficción, literaria o narrativa crees que ha logrado subvertir mejor los arquetipos que retratas en Malas mujeres?
R. Para responder a esa pregunta hay que leer mucho. Yo, actualmente leo a pocos hombres. Los he leído durante mucho tiempo y ahora me interesa más otra lectura. No quiero reducir o magnificar el trabajo de una sola persona. Podemos empezar por el principio, la poesía de Safo de Lesbos El problema es que en los institutos se lee muy poca literatura escrita por mujeres. Pero aquí en España podemos encontrar a Emilia Pardo Bazán o Carmen Laforet. Internacionalmente destacan Virginia Woolf o Simone de Beauvoir. Actualmente, podemos encontrar autoras como Lara Moreno. Hay muchas mujeres, no puedo elegir a una sola.
Los hombres no se acercan a nuestro trabajo porque lo consideran algo demasiado femenino. Ahí hay un muro que romper, pero les corresponde a ellos. Me llama la atención que a un hombre no se le pregunta por qué escribe sobre determinados temas, a nosotras se nos tacha de pesadas por escribir sobre lo que nos gusta o por querer mandar un mensaje que es necesario.
P. Respecto al sector editorial, ¿crees que el panorama es propicio para todos los autores que quieren publicar sus libros?
R. No te puedo responder a eso, ya que no soy editora. Vivir del libro es muy difícil, el margen de beneficio no es muy grande y requiere gran tiempo de trabajo.
A un hombre no se le pregunta por qué escribe sobre determinados temas
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