“El ilusorio ideal de belleza y juventud eterna que tenemos también se traslada a las plantas”
Esta semana, en la Biblioteca Central tuvo lugar la presentación del libro ‘Una flor en el asfalto’, escrito por Eduardo Barba (jardinero y profesor) y Raquel Aparicio (ilustradora). El propio autor ha explicado la relevancia que presenta aprender a convivir con la biodiversidad urbana.
Tras la positiva acogida de su primer libro ‘El jardín del Prado’, Eduardo Barba (Madrid, 1978) se ha decidido a seguir plasmando su pasión por el paisajismo y el mundo de las plantas. Este último libro trata de dar voz a los diferentes tipos de plantas que se pueden encontrar en los lugares más insospechados de la ciudades como alcorques, grietas, aceras, calzadas o fachadas, entre otros.
La particularidad de este libro nace en su composición, ya que el autor se relega a un segundo plano dejando que sean las propias plantas y flores quienes cuentan su historia de vida. “Es magnifico ir por la calle y poder verlas crecer en los lugares menos esperados y más recónditos. Pienso que una planta que es capaz de aferrarse a la vida de esa forma es imposible que no tenga propiedades beneficiosas para nosotros”, comenta el escritor.
El paisaje urbano en ocasiones desapercibido por la mayoría de ciudadanos alberga vida de plantas tan diversas como la Arenaria Roja, capaz de establecerse en los lugares más secos e introducir nuevas especies. La Zanahoria silvestre, cuya flor simula al encaje y es frecuentemente usada en decoración. La Chivirita, otra flor empleada como ornamenta con la particularidad de que cada vez es más común encontrarla dentro de los alcorques o jardines urbanos. El diente de león, a pesar de parecer una planta frágil o endeble dispone de una raíz que oscila los dos metros de profundidad, además de ser usado en la industria de productos farmacéuticos naturales. Este es el caso del Cardo mariano, que desde hace años parece haber sido redescubierto y sus múltiples propiedades —antiinflamatorias, antioxidantes o antialérgicas— se encuentran altamente explotadas.
Los autores han recogido en su libro más de medio centenar de plantas que podemos encontrar en las ciudades, cada una de ellas es valiosa para la conservación del ecosistema. Mediante el repaso que se hace sobre las diferentes especies se pretende concienciar al lector sobre la necesidad de respetar y aprender de la flora instaurada en el núcleo urbano. “El ciclo de vida de una planta es muy parecido al nuestro. Cuando vemos una flor marchita o seca pensamos que debemos eliminarla o sustituirla. El ilusorio ideal de belleza y juventud eterna que tenemos las personas también se traslada a las plantas”, señala Barba.
El libro también pretende servir de alerta de cambio para las instituciones competentes de cada ciudad. No es un hecho aislado que algunos ayuntamientos no disponen de personal suficiente o cualificado para encargarse de decidir qué es lo más adecuado para la flora y paisajes del municipio. Eduardo Barba propone descentralizar este tipo de gestiones y derivarlas a las personas que han trabajado durante todo el año en el mantenimiento de ese espacio natural y poseen conocimientos sobre la materia.
La presentación ha sido organizada por Ecologistas en Acción y ha contado con la participación del Imgema Real Jardín Botánico de Córdoba, IES Averroes en el marco de su 50º Aniversario y de la sociedad Cordobesa de Historia Natural. Desde Ecologistas en Acción aspiran a que esta actividad contribuya al beneficio de la biodiversidad urbana y ampare las cuatro propuestas que han realizado: promoción de un nuevo estándar de poda sin dañar la arboleda, la restricción de poda en épocas de nidificación, puesta en valor de las hierbas silvestres y la defensa de las aves insectívoras amenazadas.
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