Hallan una gran noria medieval que se surtía del acuífero de Las Tendillas
¿Hay un lago bajo la plaza de Las Tendillas? Todas las evidencias arqueológicas señalan que se trata de una leyenda, pero con cierta base de realidad. Durante las obras de construcción de un hotel en el palacio de la Casa Colomera acaba de producirse un sorprendente hallazgo. Los trabajadores se han topado con una gran noria de origen medieval que se surtía de agua de un gran acuífero que efectivamente ocupa una superficie incluso mayor a la que hoy tiene la plaza de Las Tendillas. Pero de ahí a afirmar que se trate de un lago subterráneo hay un trecho.
Según ha podido saber este periódico, ya se han desarrollado la mayor parte de los trabajos arqueológicos previos tras el hallazgo de estos restos. Tan interesantes e importantes son que la promotora que está construyendo el hotel de la plaza de Las Tendillas, propiedad de la empresa H10, ha decidido mantenerlos e integrarlos dentro de las zonas comunes del futuro hotel. Además, se interpretarán adecuadamente.
La noria, aún sin fecha concreta -aunque probablemente del siglo XVI ya que se superpone al trazado de la trama califal hallada en las mismas excavaciones-, se alimentaba del acuífero de Las Tendillas. Ese acuífero, probablemente, era uno de los principales surtidores de los históricos pozos de la antigua Medina de la ciudad de Córdoba. Pero más que un lago, lo que las evidencias arqueológicas concluyen es que bajo Las Tendillas hay un acuífero. Otro testimonio sería, precisamente, la noria, que elevaba el agua hasta la superficie desde un pozo que no debía ser muy profundo. Desde allí se canalizaba a cielo abierto y se utilizaría para regar las huertas y jardines de la zona, según las fuentes.
Históricamente, se ha sospechado que al legendario lago de Las Tendillas se accedía por dos puntos: el de la Calle Juan de Mena a través de la llamada popularmente como Casa del Agua y el de la Casa Colomera. Ahora, la noria despeja las dudas sobre ese supuesto acceso. Sí, lo había pero era un pozo con una noria al acuífero. Nada de historias medievales, de barcas atracadas y de paseos en la oscuridad alumbrados por antorchas. Ahora queda estudiar la función exacta de esa noria, el tiempo que estuvo en servicio y quién la construyó.
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