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El futuro de la fotografía: una nueva forma de ver

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Marta Jiménez

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Si el mundo se está asomando a un cambio de paradigma en la mayoría de sus estructuras ¿por qué iba quedarse atrás el arte contemporáneo  y, más concretamente, la fotografía? Los finalistas y el ganador del IX Premio Bienal internacional de Fotografía contemporánea Pilar Citoler, cuyas obras pueden verse hasta el 1 de abril en la sala Vimcorsa, parecen haberse puesto de acuerdo para dinamitar el concepto de fotografía tal y como lo conocíamos. Sus mixturas de fotografía con otros lenguajes como el dibujo, el collage, la instalación o la pintura nos anuncian una nueva forma de ver.

“Los dos pilares de la fotografía del siglo XX ya no existen: la memoria y la verdad”, manifiesta el comisario del Premio Pilar Citoler, el sevillano Sema D'Acosta. “Tú con tu móvil puedes contar más historias que un fotógrafo hace 50 años”, añade quien cree que este premio creado en 2006 “asume” por primer año este cambio de paradigma y la disolución de los límites con otros lenguajes en la fotografía contemporánea.

El Pilar Citoler se ha convertido en una década en el premio de fotografía “mas importante y más prestigioso” de España para D'Acosta. La apuesta por un premio de tan largo recorrido no suele ser muy típica ni en este país ni en esta comunidad, por lo que el comisario alude a la “apuesta de identidad de la UCO” con el apoyo de otras instituciones, un hecho que suma al “prestigio cultural del Cordoba”.

153 obras, tanto de fotógrafos consolidados como emergentes de distintos lugares del planeta, se presentaron a esta última edición del premio de fotografía. Un jurado seleccionó a 14 finalistas y a un ganador, el fotógrafo granadino José Guerrero, quien no guarda ninguna conexión con el pintor del mismo nombre y procedencia.

La exposición de este IX premio se divide en dos partes: por un lado la fotografía ganadora de esta edición más la obra de los catorce finalistas. Por otro, una muestra dedicada -en la sala de entrada- a la ganadora del VIII Premio Pilar Citoler, la finlandesa Erika Nyholm.

Un paseo a media tarde por la exposición de la mano del comisario Sema D'Acosta es ir mucho más allá de admirar la captación de un instante: cada obra es, en realidad, una reflexión en torno a la imagen.

Jose Guerrero. Carrara #1 (2016)Carrara #1

El ganador del IX Premio de la Bienal de Fotografía contemporánea Pilar Citoler tiene nombre de pintor de su tierra, pero hasta ahí las similitudes y las conexiones con el Guerrero expresionista abstracto. Dentro de una estancia en la Academia de Roma inició una serie que incluye este díptico tomado en las canteras de mármol de Carrara, al norte de la Toscana. Estas fueron las canteras más importantes del Renacimiento, de donde salieron los bloques que hoy son esculturas e Historia del Arte gracias a Miguel Ángel o a Donatello.

Las fotografías se tomaron en las cavernas de extracción del mármol y su oscuridad crea la atmósfera de la foto, una de las marcas de su autor. “Estas fotografías están en el límite del paisaje y el bodegón, también de la pintura”, opina D'Acosta. “Contienen mucho misterio, nos se sabe muy bien qué estás viendo”. El espectador descubre el peso de la historia cuando lee el título ya que las dos imágenes no definen nada concreto. Para el comisario esta serie y sus puntos de “desconcierto” supone un cambio personal en la trayectoria de su autor que hasta ahora tenía que ver con los nuevos topógrafos americanos.

Aitor Ortiz. Umbral 015 (2017)Umbral 015

Tal vez la obra más controvertida con la ortodoxia fotográfica entre los finalistas de este año sea la pieza de aluminio perforado, con imagen incorporada, del bilbaíno Aitor Ortiz. “¿Hasta que punto es una foto?”, se pregunta retóricamente D'Acosta. “Para mí tiene que ver con el lenguaje no con una técnica”, se responde. “Esto hace que el premio crezca, que tenga amplitud. Hay que ir hacia otros territorios que nos hagan pensar más sobre la imagen. La fotografía es inclusiva y el premio puede llegar así más lejos”.

Ortiz realiza, entre otras, una exploración entre el contenido de las imágenes, las propiedades físicas de los soportes en que se reproducen y la posición que ocupan en el espacio expositivo, jugando así con la percepción del espectador.

Carlos Irijalba. Walls (2017)Walls

La fotografía que capta un instante al recorrer la selva de Tolima (Colombia) por carretera es una instalación. O casi una escultura de un autor internacional que vive entre Amsterdam y Nueva York. “Da que pensar sobre qué es una imagen hoy en día, ya que el soporte cobra importancia”. La falla o quiebro de este soporte refleja “el mundo ubicuo donde las fotos no tienen materialidad”. Para el comisario Irijalba es uno de los autores “con más futuro” de la fotografía española. Quién sabe si su pieza “con presencia” podría haber ganado esta edición si se hubiera presentado materialmente y no a través de un dossier.

Sonia Navarro. Sistema de riego (2016)Sistema de riego

Un collage de fieltro cosido sobre fotografía. Eso ha necesitado la murciana Sonia Navarro para expresar su falta de sentimiento de pertenencia, su melancolía. La casa de la imagen perteneció a uno de los encargados de construir y gestionar el Canal de Panamá hasta que fue expulsado de lo que consideraba “su paraíso”.  Esta imagen sobre un lienzo intervenida refleja otro punto de vista. “Es una mezcla de géneros, de lo pictórico, lo escultórico y fotográfico. Esa apertura me parece fantástica. El mundo va hacia ahí. No hay que ponerle puertas al campo”. Esa es la lectura hacia el futuro que hace el comisario del premio sobre una artista visual que diríamos que más bien recurre a la fotografía en su obra.

Miguel Ángel Tornero. Sin título (the random series-little granaína) (2017)Sin título (the random series-little granaína)

El azar forma parte consustancial de este collage digital, una extraña aproximación a la fotografía obra del baezano e internacional Miguel Ángel Tornero. En la creación de esta inquietante obra están la curiosidad y el instituto, además de el error de un software no programado que sirve para coser imágenes sin relación aparente. Lo imprevisto, por tanto, pasa a ser protagonista. “Compone la imagen como un pintor”, para Dacosta, “donde los equilibrios y las formas hace que la imagen comunique”.

Israel Ariño. Sin título (de la serie La gravetat del lloc) (2016)Sin títuloLa gravetat del lloc

En medio del futuro de la fotografía nos encontramos con una pequeña imagen sobre una pared negra realizada con técnicas tradicionales del siglo XIX. Israel Ariño es catalán con residencia en Francia, donde está representado por una de las galerías parisinas más prestigiosa, VU. Además es editor de fotolibros en Ediciones Anómalas y “uno de los fotógrafos más representativos de lo que ocurre ahora en nuestro país”, según el comisario. “Esta fotografía refleja la poética del paisaje. Es sutil y fina gracias a técnicas antiguas”.

Erika Nyholm. Bereavement (2014)Bereavement

La exposición We are temporary reality reúne imágenes de Erica Nyholm, artista finlandesa ganadora del Premio Pilar Citoler en 2015, realizadas a lo largo de su carrera. Se trata de una artista joven que comenzó su trayectoria en 2010. Estuvo en Córdoba hace unas semanas en el acto de inauguración de su exposición donde repasó su relación con España, que comenzó hace cuatro años con una residencia artística en Barcelona. Con fotos extremadamente estudiadas, la muestra recorre imágenes de ella misma “para encontrarse a través de la cámara” en palabras de Sema D'Acosta. La genealogía de mujeres de su familia componen otra parte de la exposición, más una última obra que tiene que ver con la maternidad. Su trabajo es integrador de los “grandes temas” del ser humano.

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