Espido Freire y la dignidad de las mujeres en 'El Quijote'
Las mujeres convertidas en personales de la novela El Quijote han sido el foco de atención de la conferencia que ha pronunciado la escritora y Premio Planeta Espido Freire en las Jornadas Cervantinas que se celebran en Castro del Río (Córdoba). La autora ha abordado el universo femenino de Cervantes en una charla titulada ‘Las mujeres en Cervantes: mucho más que musas’, donde ha desgranado el papel crucial y complejo de las figuras femeninas en la obra del escritor.
Freire ha expuesto, ante el público que llenaba este sábado el Teatro Cervantes de la localidad cordobesa, su mirada sobre las mujeres de El Quijote, desgranando los rasgos que les otorga el autor de la novela, donde “ninguna de ellas es lo que parece” y “todas están enormemente vivas, son palpables y guardan recovecos” en su aparición en la novela.
Ahí está la mujer principal en El Quijote, Dulcinea, que “completa” al protagonista “para hacer ver que todo tiene sentido” y que espera, que tras sus hazañas para “salvar el mundo y hacerlo mejor”, llegará ese momento con ella. Una mujer que, con el paso de los siglos, en la literatura ha quedado con su “belleza inalcanzable, honor sin tacha y fama mundial”, como la describe Freire.
Pero la escritora no solo ha analizado a la musa de El Quijote, sino a otras muchas mujeres que aparecen en la obra de Cervantes y donde “muestra una enorme compasión por todos aquellos que han encontrado el infortunio en la vida”. Porque en las mujeres de la obra aparecen mujeres de todo tipo, “con una variedad desde el rango más bajo a lo más alto” en la escala social.
Están, por ejemplo, “las hermosas doncellas metamorfoseadas en pastoras”, en los trazos de novela pastoril que introduce Cervantes. Y donde, como en el caso de la historia de Crisóstomo y Marcela, ella “deja una de las manifestaciones de libertad, de autonomía y de deseo de independencia más viva de la época”. “Lo único que quiere es vivir su propia vida en libertad”, destaca Freire. “Vivir libre, que nadie pudiera mandar sobre ella”.
Dignidad, honra y libertad
También apunta a cómo esas doncellas y pastoras, de la obra de Cervantes “van a defender su honra y van a reivindicar que ellas están ahí en ese momento, con derecho a hablar, bailar, cantar, a moverse…Y si no se lo permite la ley y la moral de la época, lo harán por su cuenta”.
“No se trata del feminismo contemporáneo” advierte Espido Freire, “pero sí de su dignidad, de no verse sometidas”. Y cree que Cervantes hace esa apuesta, siendo como fue cautivo privado de libertad, “valoraba más que nadie tener la propia voz para contar quien se es”.
En la conferencia de Freire han aparecido otras mujeres personajes de Cervantes, como Preciosa en La Gitanilla, una hermosa joven gitana, para hablar de “la rebeldía de las chicas a no casarse con quien se le había sido asignado. Esto es una constante en personajes de Cervantes”. O mujeres como Doña Tolosa y La Molinera, dos prostitutas que “nadie mira como otra cosa, menos Don Quijote, que las ennoblece, las toma por doncellas, les da una misión”, de manera que sean “vistas con respeto”.
Y también hace Freire una lectura de cómo esa mirada de Don Quijote hacia las mujeres también se le contagia a Sancho. “Va quijotizándose y se va tiñendo de la misma mirada”. Y “ve las mujeres no son como lo que le habían dicho que tenía que ver”, con las prostitutas que Don Quijote hace doncellas.
¿Y cómo eran físicamente esas mujeres? Espido Freire aborda que, como en la época, el ideal de belleza que describe El Quijote pasaba por mujeres rubias -con descripciones de “cabellos de oro”-, y tez blanca como el mármol. “Solo hay una excepción al canon de belleza, Zoraida, oscura de todo menos de corazón”, enfatiza la autora. Pero el resto, con ejemplos como Isabela o Dorotea, aparecen como “rubísimas” mujeres. Un universo femenino donde las mujeres eran más que musas para Cervantes, donde deja reconocer modelos para la época.
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