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Juan Velasco

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Córdoba Ciudad de las Ideas va a echar a andar de manera oficial en unos días con un gran encuentro internacional que reunirá en Córdoba a un puñado de figuras para abordar las relaciones entre la ciudadanía, la cultura y la sostenibilidad. Será el pistoletazo de salida para un proyecto que ha nacido apoyado por el Ayuntamiento de Córdoba y buena parte de los grupos políticos, que ha apostado por una fundación de naturaleza similar a la que capitaneó el viaje frustrado hacia la Capitalidad Cultural Europea.

Un proyecto que también ha generado las esperables suspicacias por parte de un sector de la ciudad, que ha visto con recelo la fórmula escogida para llevar a cabo las acciones comprometidas en un programa que ha arrancado con un considerable retraso administrativo. “Esto tendría que haber arrancado en mayo de 2021”, explica nada más encenderse la grabadora el músico Fernando Vacas, principal impulsor de Córdoba Ciudad de las Ideas, y que se sienta a hablar con Cordópolis una fría mañana de enero acompañado del escritor Carlos Pardo, coordinador de la programación cultural del proyecto.

Vacas, de hecho, deja que sea Carlos Pardo, exdirector Cosmopoética, el que trace algunas de las líneas maestras de una idea que nació con el objetivo de “defender la dignidad del trabajador cultural” en una ciudad, Córdoba, que desde fuera se mira con admiración, pero cuyos artistas y creadores a menudo expresan cierta frustración. Para vencer este escollo, nada mejor que establecer que “la cultura es un trabajo como otro cualquier”, dice el escritor, que apela a otra seña de identidad de la ciudad como motor del proyecto: la histórica tradición de participación ciudadana.

Con estas dos ideas, Córdoba Ciudad de las Ideas aspira que cultura, tejido empresarial local, negocios de proximidad, barrios y artistas locales trabajen juntos y formen parte de una programación cultural que beneficie a la ciudad. “Vivimos en un mundo en el que todo va en contra de que haya participación ciudadana y de que haya eventos culturales más allá del espectáculo. Nuestra idea es que la cultura no sea un espectáculo que se hace y se olvida, sino que se apoye en la participación ciudadana”, reflexiona Carlos Pardo.

Las Residencias: plazos, proyectos y jurado

Una de las patas principales del proyecto es su programa de residencias. Según adelantó este periódico, una quincena de artistas vivirán en la ciudad en el segundo trimestre de 2022 y producirán sus obras en Córdoba, que aportará un pago mensual de 1.500 euros a cada uno de ellos para su mantenimiento. Se contemplan cinco modalidades (artes visuales y plásticas; literatura, humanidades, cómic; artes Escénicas y música; gestión cultural y proyectos de ciudad; e innovación e industrias culturales) pero se valorará especialmente el proyecto presentado, por encima de la trayectoria.

Pardo explica que se va a evitar deliberadamente primar el currículum artístico en pos de buscar “un proyecto concreto que sea potente para la ciudad” y que se haga “en un contexto más abierto, con la gente de la calle”. Se está trabajando en la convocatoria, que se publicará a finales de enero. A partir de ahí, se comenzarán a recibir propuestas y un jurado especial decidirá la selección final, de hasta un máximo de 15 candidatos.

¿Quién será el jurado o consejo asesor del programa? Pues por el momento, Pardo y Vacas han reclutado al exministro de cultura José Guirao, a la coreógrafa y artista La Ribot, a la directora de la Andalucía Film Commission Piluca Querol y al periodista y editor Borja Casani. Para esta parte del proyecto se destinarán entre 70.000 y 80.000 euros.

Fondos a la creación para artistas locales e internacionales

Además, paralelamente, habrá un fondo de ayudas para que creadores internacionales fijen su residencia en el casco histórico de Córdoba y desarrollen proyectos de diversa duración y otro para creadores cordobeses que diseñen proyectos con artistas foráneos y estén especialmente vinculados con el patrimonio cultural y humano del casco histórico de Córdoba.

De nuevo, las ayudas estarán condicionadas por su colaboración con artistas, colectivos sociales, espacios públicos y privados de los barrios, como mercados o pequeños negocios. “Serán proyectos que tengan que ver con el patrimonio artístico y vivo de la ciudad”, explica Carlos Pardo. La idea es subvencionar el pago de los materiales y otorgar una ayuda de unos 700 euros mensuales a cada artista. No hay plazo de momento para el lanzamiento de esta convocatoria, si bien se han presupuestado para ella aproximadamente unos 80.000 euros, divididos al 50% entre las ayudas para proyectos locales y las ayudas para proyectos internacionales.

Fernando Vacas sí que precisa que ya se ha comenzado a tocar puertas y que se está trabajando en los hermanamientos internacionales. Sin querer desvelar demasiado, habla de Bogotá, París y Perugia, y, a nivel nacional, con Bilbao, “donde ha habido un importante interés en el proyecto” y una ciudad que, para el creador, puede ser “un faro”.

No hemos venido a quitarle el pan a nadie, sino a construir un horno

Fernando Vacas

¿Cuál es la fiscalidad que conviene a un artista? ¿Qué organización va a velar mejor por los derechos de su obra? ¿Cómo se presenta mejor un proyecto público? ¿Cómo se justifica? Carlos Pardo y Fernando Vacas explican que Córdoba Ciudad de las Ideas se quiere establecer como un organismo de referencia para los trabajadores culturales en el camino hacia la profesionalización de este trabajo.

Para ello ya tienen su primera oficina, ubicada en el Museo Regina, desde donde un equipo multidisciplinar formado por nueve personas (Ana Sarabia, May Gañán, Carlos Pardo, Juan Clemente, Graciana Pérez, Álvaro Saco, Francisco Fuentes e Isadora Donnier) está trabajando en las partes menos tangibles del proyecto. Una de ellas, esta sí es la más visible, ha sido la puesta en marcha de las redes sociales y la web, que aspiran a convertir en “un amplificador de la agenda cultural de Córdoba”.

También están trabajando en un proyecto tecnológico muy relevante vinculado a la Delegación de Casco Histórico: la creación de una aplicación que marque “zonas calientes” de ciudadanía, patrimonio y energía artística por todo la ciudad, y que establezca un mapa de datos con el que trabajar.

La obsesión es cómo podemos ayudar a que haya una cierta continuidad en la programación

Carlos Pardo

Y, finalmente aunque no menos importante: ¿Es Córdoba Ciudad de las Ideas un nuevo actor cultural? Pardo y Vacas responden rotundamente que no son una promotora de eventos. “No hemos venido a quitarle el pan a nadie, sino a construir un horno”, espeta Fernando, que apuesta por generar actividades de manera desestacionalizada, huyendo de los grandes eventos y estableciendo alianzas con los proyectos que ya funcionan en Córdoba. 

En este ámbito, Carlos Pardo indica que hay eventos y festivales maravillosos en Córdoba y no es necesario competir con ellos, sino enriquecer su oferta con colaboraciones y crear sinergias. “¿Cómo no vas a colaborar con Flora, con el Festival de la Guitarra o Cosmopoética?”, se cuestiona el escritor, que aboga por que Córdoba Ciudad de las Ideas nutra de actividades las épocas en las que no hay saturación de eventos.

“La obsesión es cómo podemos ayudar a que haya una cierta continuidad en la programación”, reflexiona Pardo, que desecha también la idea de los macroeventos, reconociendo, además, que los presupuestos que se manejan tampoco lo permiten. “Pero es que no forma parte del espíritu del proyecto”, aclara Fernando Vacas, que recalca que Córdoba Ciudad de las Ideas no es más que una continuación de las aventuras que tanto él como Pardo ya han desarrollado en Córdoba, buscando siempre “convertir a la cultura en un eje transformador de la ciudad”.

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