El cuarteto de cuerda de Rosa Regás

La novelista presenta su último libro, 'Música de cámara', ganadora Premio Biblioteca Breve 2013

Escuchaba el cuarteto de cuerda de Franz Schubert La Muerte y la Doncella. No era la primera vez que Rosa Regás (Barcelona, 1933) se quedaba absorta con aquellos compases, pero ese momento fue diferente. Entonces tuvo, lo que podríamos llamar, una revelación. “Sentí como si comprendiera la estructura de la obra, cómo un instrumento daba paso a otro, impulsando hacia adelante la narración. No repitiendo lo que otro había marcado antes, sino adelantándose”, señaló anoche la escritora en la presentación de su último libro, Música de cámara (Seix Barral). Lo hizo en Córdoba, dentro del ciclo Letras Capitales que organiza la Consejería de Cultura.

“Después me contaron que la estructura de la música de cámara no es exactamente así, pero a mí me no me importa. Le puse ese título porque el libro se estructura así. Con personajes que toman la palabra e impulsan la narración”, prosiguió la escritora. La novela ha ganado el Premio Biblioteca Breve 2013. A pesar de que su carrera como autora empezó cuando tenía 60 años, Regás ha ganado otros importantes premios como el Nadal o el Planeta.

Marta Jiménez, periodista que presentó y mantuvo un largo diálogo anoche con Regás, destacó también esa forma en que está construida la novela. La escritora lo aclaró. “Lo más importante para mí, cuando empiezo a escribir, es escoger la voz de la narración. Ver si es la de un narrador omnisciente o si escribo en primera persona. En mis anteriores novelas he ido probando. Sin duda la más difícil es escribir en primera persona”, señaló. En este caso, Música de cámara se organiza en capítulos narrados desde el punto de vista de uno de los personajes. Capítulos que van encabezados siempre por unos versos que le dan título.

Como ya hiciera en Azul, Rosa Regás aprovecha Música de cámara para dar un repaso a la burguesía catalana, en especial a aquella que se amoldó al franquismo más rancio y centralista. La novela narra un amor truncado entre una mujer de herencia republicana y un joven de clase alta en la posguerra barcelonesa. El exilio, la posguerra, la división de clases, el sometimiento de la mujer o la intrusión de la religión en la vida privada quedan reflejados en la pareja protagonista.

La historia tiene varios planos distintos. Uno político, en el que se refleja ese choque entre la sociedad de la dictadura, por un lado, y la exiliada republicana que, por otro, empieza a retornar con idea de cambiar las cosas. Pero también existe un reflejo de la Barcelona gris de los años 50 (la novela se desarrolla entre 1949 y 1960, con un largo diálogo final entre ambos protagonistas, situado en 1984). Y todo ello encaja gracias a la labor investigadora de pequeños elementos que terminan de dar coherencia y credibilidad a la obra. Porque, al final, como dice la autora, “una novela solo necesita eso: coherencia y credibilidad”.