Convocan una concentración frente al Ministerio de Agricultura por la situación del cereal

El sector del cereal, reunido este viernes, ha hecho balance de la campaña y ha advertido de la crítica situación que atraviesan los productores, asfixiados por el encarecimiento de los costes de producción, los bajos precios y la falta de rentabilidad, que pone en riesgo la viabilidad del cultivo en amplias zonas del país. Como muestra de la preocupación generalizada, Asaja, COAG y UPA han convocado una concentración el próximo miércoles 4 de junio frente a las puertas del Ministerio de Agricultura.
Según los datos recopilados por el sector a partir de la información aportada por las distintas comunidades autónomas, la previsión de cosecha nacional de cereales de invierno se sitúa en 19,5 millones de toneladas. Esto supone un incremento de aproximadamente un 20% respecto a la campaña pasada, marcada por la irregularidad en muchas zonas. Este volumen es comparable al de 2020, considerado uno de los mejores años recientes para el sector.
Por cultivos, se estiman 9,8 millones de toneladas de cebada, 7,7 millones de toneladas de trigo blando y 2 millones de toneladas del resto de cereales (trigo duro, avena, centeno y triticale). El maíz, debido a su comportamiento productivo distinto, queda fuera de esta estimación.
Producción al alza, rentabilidad bajo mínimos
A pesar del buen dato de producción, la rentabilidad sigue siendo negativa —o prácticamente nula— para muchos agricultores. El caso de Castilla y León, principal comunidad productora, lo ilustra con claridad. Con una superficie sembrada de 1,78 millones de hectáreas, se prevé una producción de 7,88 millones de toneladas, un 20% más que en la campaña anterior. Sin embargo, el valor total de la cosecha apenas cubriría los gastos de producción.
Con costes medios de unos 800 euros por hectárea, el margen para el agricultor se sitúa en apenas 18 a 20 euros por hectárea. “Trabajar todo un año para este resultado es insostenible”, denuncian desde Asaja, COAG y UPA.
Presión internacional, mercados intervenidos y costes disparados
Entre los factores que agravan la situación, el sector señala la llegada masiva de cereales procedentes de Ucrania, que entran en el mercado europeo sin ningún tipo de control arancelario ni contingente. Esto ha desestabilizado los precios tanto a nivel nacional como europeo.
Además, mientras los productores europeos compiten en desventaja, Bruselas mantiene los aranceles sobre los fertilizantes importados desde Rusia y Bielorrusia, lo que encarece artificialmente un insumo básico para el cultivo. Este sobrecoste, derivado de decisiones políticas más que del mercado, ha supuesto un golpe añadido para los cerealistas.
Solo en Castilla y León, se estima que el gasto en fertilizantes y nitratos ha superado los 500 millones de euros esta campaña. Por ello, el sector plantea como medida urgente un programa de ayudas directas ligado a las facturas de compra de fertilizantes, de forma que los fondos se destinen exclusivamente a quienes realmente han asumido estos costes.
El sector exige soluciones urgentes
Además de esta ayuda específica, Asaja, COAG y UPA reclaman al Gobierno que defienda con firmeza los intereses de los cerealistas en la Unión Europea. Exigen una revisión de los acuerdos comerciales que permiten la entrada descontrolada de cereal extracomunitario y piden medidas de defensa similares a las aplicadas en otros sectores.
La gravedad de la situación ha llevado a estas organizaciones a convocar una concentración frente al Ministerio de Agricultura el próximo miércoles 4 de junio, a las 12:00. Una protesta que, avisan, podría ser el inicio de una movilización más amplia si no se adoptan medidas concretas y efectivas. “La rentabilidad del cereal no se puede seguir fiando a cosechas excepcionales mientras los costes siguen desbocados y los precios hundidos. El riesgo es que muchos agricultores opten directamente por dejar de sembrar”, advierten desde el sector.
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