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André Aciman: “Las guerras son el resultado de la estupidez humana”

Entrevista a André Aciman

Jesús Ventura

18 de febrero de 2025 20:21 h

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El autor estadounidense, André Aciman, ha presentado en Córdoba su nueva obra denominada Mi año romano. Una novela que trata sus vivencias en la Roma de 1960. Ahí, el escritor tuvo que mudarse junto a su madre desde Alejandría (Egipto) junto a su tío Claude. Una historia que comenzó con un desamor hacia la capital de Italia y que terminó totalmente encandilado. Aciman atiende a Cordópolis justo antes de su presentación en el Centro Andaluz de las Letras. Está muy poco tiempo en Córdoba, como lo ha estado en Sevilla, Madrid o Barcelona. “Es terrible porque es una ciudad que me encanta, llena de historia y nunca puedo pasar tiempo en ella”, cosa del trabajo, se supone. Pero si es para hablar de sus obras, André siempre está con una sonrisa en su rostro.

Recibe a este periódico en el Hotel NH Collection Amistad, a los pies de la Sinagoga. Un detalle sin importancia, o sí debido a su carácter judío. Junto a su figura está Paula como si fuera su sombra, una intérprete que le ha acompañado tanto a Sevilla como a Córdoba. Aun así, no tiene dudas para hablar de su última novela. “Nunca tuve el coraje de decir cuánto pobres éramos cuando llegué de Egipto a Roma”, explica sobre por qué se ha atrevido ahora a escribir de su época adolescente. “No lo quería evitar más. Tenía que ser honesto y contar la historia. Quería hablar de la pobreza, a pesar de que es un tema muy feo”.

Es por ello que Roma para André Aciman es un lugar donde tiene “muchas memorias”, por lo que vuelve a los mismos lugares siempre. “No me interesa encontrar nuevos sitios. Roma tiene infinidad de lugares, pero no quiero verlos. Quiero ver lo que sé. Sigo volviendo sin saber exactamente por qué sigo volviendo”. Una capital italiana que no tiene nada que ver con su lugar de origen: Alejandría. “La historia de esta ciudad es fea, no tiene nada que ver con Roma. Aunque al principio la odiaba, al final me acabé enamorando. En Alejandría sí es cierto que nací allí y mi vida era buena, pero tenía un lado completamente feo, especialmente para las personas judías. Era una ciudad muy peligrosa, y de hecho nos echaron del país”.

Un hombre de mundo

Por tanto, la capital de Italia fue “maravilloso” para Aciman en muchos aspectos. Por un lado, conoció a muchas personas, cosa que no había desarrollado en excesivo hasta este momento. Además, en Roma, como puede suceder en ciertas partes de España, el contacto no es prohibido. “En Roma, las personas se tocan y yo no me disfruté de eso. Roma mes una ciudad abierta al contacto”. Aun así, André Aciman es un ciudadano de mundo, no solo de un punto en concreto.

“Nací en Turquía y me convertí en italiano. Luego perdí esa nacionalidad y no sé por qué. Finalmente, me convertí en americano. En mi casa se hablaba francés. Pero en esencia no sé a dónde pertenezco. No sé si tengo un hogar en algún lugar”. ¿Es necesario conocer mundo para desarrollarte como persona? “No, lo importante es la imaginación”, responde de manera rotunda un estadounidense que tiene claro su actual vida. “No necesitas descubrir nada. Solo tienes que tener una buena mente para poder entender todo. No hay necesidad de viajar. A veces proyectas lo que piensas en ti en otras personas. A veces piensas, ¿estoy haciendo algo de sentido? Tratando de ver lo que estoy diciendo. Por lo que no, no necesitas descubrir nada”.

Lo que está claro es que André Aciman es un hombre de mundo, pero no tiene las respuestas a todo. De hecho, se sorprende del comportamiento del ser humano, sobre todo a los conflictos que existen actualmente en Gaza o Ucrania. “No quiero darles una explicación. Creo que todas las guerras son el resultado de la estupidez humana. La muerte ya es sucia. Infligir la muerte en alguien es una cosa terrible. No lo entiendo. Una guerra es un gasto de tiempo y de energía”. Y es que el estadounidense no entiende siquiera “la envidia o los celos”. “Ojalá lo entendiera”, aclama. “Desearía entender a la humanidad. Entiendo a los seres humanos cuando están interesados en otros seres humanos. Cuando hay amor o deseos. Yo siempre escribo sobre el deseo, pero no por qué hay odio, rechazo o guerra. No entiendo ni siquiera por qué hay envidia. Para que veas lo limitado que me encuentro en este sentido”.

Aun así, André Aciman es conocido por escribir Call me by your name, una obra que se hizo archiconocida gracias a su traslado al cine. “La escribí en tres meses y medio y lo hice porque incluso me olvidaba de la cena de lo que lo estaba disfrutando. Me enamoré de Elio, de Oliver, de toda la familia. Era compulsivo sobre la historia”. El estadounidense confesó que dejó parado el otro libro que estaba escribiendo únicamente para centrarse en ello. Y no le fue nada mal. Ahora, su Mi año romano es una parte de su vida, tal y como fue también Call me by your name. Un hombre de mundo que necesita su imaginación para vivir.

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