La Virgen de la Merced visita por primera vez a los internos en la prisión de Alcolea
Nuestra Madre y Señora Santa María de la Merced ha vuelto a estar este 16 de junio entre sus hijos preferidos: los privados de libertad. Y es que la imagen que recibe culto en San Antonio de Padua abandonó por unas horas su templo para visitar en la mañana de este sábado a los internos en el Centro Penitenciario de Córdoba, ubicado en Alcolea. Era la primera vez que iba hasta allí la imagen desde que la prisión se inauguró en su actual emplazamiento en el año 2000 y de nuevo estaba entre los presos a los que solía visitar en rosario cada mes de septiembre cuando la cárcel se encontraba en el barrio de Fátima. Lo ha hecho con motivo de la celebración del 800 aniversario de la fundación de la Orden de la Merced.
En su visita a la prisión, a la que llegó temprano, sobre las 9:00, en traslado privado y en la que estuvo hasta las 12:30, la Virgen de la Merced presidió una Eucaristía a la que asistieron unos 200 internos, hombres y mujeres de distintos módulos, que fue celebrada por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, en el salón de usos múltiples que la hermandad de la Merced había preparado para la ocasión con un sencillo pero bello altar.
Allí, la imagen presidió el escenario ante un dosel rojo. Estaba vestida toda de blanco, con saya bordada en oro y manto brocado, como suele aparecer en sus besamanos en San Antonio el día de su festividad, aunque esta vez llevaba la corona de camarín. La flanqueaban cuatro cirios y la adornaban dos jarras con flores variadas entre las que había lilium, alhelíes y rosas. A los pies de la mesa de altar también se dispusieron dos centros de rosas y romero que fueron ofrenda de los internos y de la Pastoral Penitenciaria, cuyo delegado, José Antonio Rojas, concelebró la misa junto a los capellanes de la prisión y el consiliario de la cofradía.
En un gesto simbólico, la hermandad del Lunes Santo quiso que la Virgen portara en sus manos unas cadenas abiertas, todo un símbolo de esperanza para los internos en la prisión, que al finalizar la Eucaristía entonaron a la imagen un himno que ha compuesto el sacerdote José Antonio Rojas guiado por frases que los presos le han ido diciendo sobre qué sienten ellos hacia la Virgen de la Merced y qué le dirían a la imagen, según informaron a El Cirineo desde la hermandad. La misa estuvo acompañada por el coro del Seminario San Pelagio y en ella los internos participaron en las lecturas y las peticiones.
El obispo les dijo en su homilía que la Virgen de la Merced “viene para que se haga realidad en este lugar la Redención de Jesucristo, tal y como lo presenta el Evangelio; viene a traer la libertad del espíritu”. Y siguió asegurándoles que “Ella desea que seáis libres y que os unáis a una nueva vida; por eso, viene hasta este centro penitenciario para recordaros que aquí podéis alcanzar una nueva vida que es la de vuestro espíritu”. Y ha instado a todos a acercarse a recibir el perdón de Dios a través de los sacerdotes y a palpar el consuelo de una Madre que siempre está con todos, “sea en el módulo que sea”. “Que os conceda la libertad interior y que no pase un día en el que acudáis a la Virgen”, finalizó.
Emoción de los internos
Al término de la Eucaristía, que había comenzado a las 11:00, se celebró un besamanos extraordinario para los presos con el que se puso fin a la visita de la sagrada imagen a sus hijos,que se habían preparado para recibirla desde hace tiempo. Y es que durante los últimos meses los voluntarios de la Pastoral Penitenciaria han impartido a los reclusos que han querido unas catequesis preparatorias sobre los principales dogmas marianos así como una específica sobre la advocación de la Virgen de la Merced. Además, la hermandad, con la colaboración de La Caixa, ha entregado un donativo destinado a la reinserción de los presos de la cárcel de Córdoba.
El hermano mayor de la cofradía de la Merced, Antonio Ruf, que asistió al acto junto a algunos hermanos más a los que Instituciones Penitenciarias permitió la entrada a la cárcel, describió la celebración como “impresionante, emotiva y muy impactante”. Ruf aseguró que “ha sido un acto único, estaban emocionados los internos y se notaba en el ambiente que estaba la Virgen entre ellos”.
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