La vacuna que nos vistió de domingo
En el día más frío del 2020 Manuel Prieto se vistió con sus mejores galas para después remangarse la camisa y convertirse el primer ciudadano de Córdoba en recibir la vacuna contra el coronavirus. Había pasado ya más de medio día de este último domingo del año.
Eran casi las 14:30 cuando este gallego de 77 años, afincado en Córdoba desde hace varias décadas, recibía la primera dosis de inmunización ante el virus que tanto ha cambiado este país y la propia ciudad de Córdoba desde que comenzaron a notificarse contagios, hace más de diez meses. Y, como en toda España, la primera imagen de la nueva etapa de la lucha contra el virus la han ofrecido quiénes más lo han sufrido durante los primeros estadios de la pandemia.
Araceli, en Guadalajara, Antonio y Pilar en Granada y Manuel en Córdoba compartían carnet de pensionista. Y también la misma ilusión que cuando, siendo niños, se vestían de domingo y sus padres les daban permiso para salir a la calle a jugar. Porque eso es, poco más o menos, lo que les permite ahora una vacuna. Vivir el sueño de nuevos domingos con algo más de libertad.
Así que, en el año en que media España abusó del chándal, nada ejemplifica mejor el cambio de paradigma que Manuel Prieto, vestido de traje y corbata, en la puerta de la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, esperando pacientemente la llamada de la ciencia.
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Y eso que la vacuna se hizo esperar. No salió desde Granada hasta el medio día. La falta de información concreta con la que la Consejería de Salud y Familias ha manejado la llegada de las dosis solo ha contribuido a generar nerviosismo entre la prensa y los residentes y cuidadores de los dos centros de mayores de la calle Buen Pastor de Córdoba capital, que han esperado a que una furgoneta blanca apareciera entre las estrechas calles de la judería, cargada con unas cuantas dosis de esperanza e inmunización frente al virus.
En el otro gran frente contra la pandemia, los hospitales, también ha habido el mismo sentimiento de cambio de tendencia. Al Reina Sofía llegaron medio centenar de dosis sobre las 15:00. Allí las esperaban Susana y Felipe, los dos primeros sanitarios cordobeses en iniciar el tratamiento de inmunización.
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Todos ellos coincidían en lanzar el mismo mensaje: vacunarse contra un virus como éste es una suerte y ahora toca cumplir y contribuir a la inmunización de grupo, prestándose para ello a acudir a la llamada de la vacuna.
Y no será obligatorio hacerlo vestido de domingo, ni habrá que anudarse una corbata, como ha hecho Manuel Prieto. Se podrá ir como Vicente, un anciano extremeño que ha optado por una camiseta de Triana para marcar su cartilla de vacunación con un nuevo sello.
O se podrá ir en chándal, si se quiere. Bastará con remangarse un poco y aguantar el pinchazo de la aguja. Será el mejor tatuaje de este año que tantos marcas involuntarias ha dejado.
https://cordopolis.es/2020/12/27/manuel-prieto-77-anos-primer-cordobes-vacunado-contra-la-covid-19/
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