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El delegado de Cultura acudirá el lunes a declarar por la denuncia de la exdirectora del Arqueológico

Lola Baena, a la izquierda, en una actividad (archivo)

Juan Velasco

11 de julio de 2024 20:31 h

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La magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Córdoba, María Dolores Rivas Navarro, ha citado el próximo lunes a declarar como investigado al actual delegado provincial de Cultura de la Junta de Andalucía en la provincia, Eduardo Lucena, tras la denuncia que interpuso por un presunto caso de acoso laboral la exdirectora del Museo Arqueológico, María Dolores Baena, cesada de su cargo en diciembre de 2023.

Junto a Lucena, la magistrada también ha citado ese mismo día como investigada a la secretaria de la delegación provincial. A ambos los asistirá un letrado de la Junta de Andalucía, según el auto de citación, que ha fijado el interrogatorio judicial para el 15 de julio a las 12:00.

La denunciante ya pasó por los juzgados para ratificar su demanda, de modo que la jueza estimó que había que seguir practicando diligencias, de ahí que haya citado a los dos principales investigados.

En su denuncia, la exdirectora del Museo Arqueológico de Córdoba reclamó que se instruyeran diligencias de investigación por lo que considera que ha sido un “trato humillante” que, a su vez, le ha provocado consecuencias en su salud. Baena ha presentado varios informes médicos en los que se describe que ha sido tratada de episodios continuados en el tiempo de estrés relacionados con su trabajo. Y acusa al delegado de Cultura de ser el responsable de la situación.

La exdirectora del Museo Arqueológico de Córdoba (una de las instituciones culturales más importantes de la provincia) asegura que el proceso comenzó justo después del estado de alarma, cuando se reincorporó al trabajo presencial. Desde entonces, asegura, dio traslado de forma constante y reiterada a la Delegación de los problemas de personal de administración que arrastra la institución cultural. Baena sostiene en su denuncia que poco a poco fue asumiendo funciones laborales que no le correspondían y sobrecargándose de trabajo.

Así, asegura que en mayo del año pasado la propia Delegación trasladó a la Jefa de Negociado del Arqueológico sin que se le pidiera informe previo “a sabiendas de que dejaban al Museo desprovisto de personal administrativo”. “A partir de ese momento me tuve que hacer cargo en solitario de toda la gestión administrativa, realizando labores instrumentales que de ninguna manera me correspondían”, subraya, como cuadrantes y control de personal, registros, escritos, memorias para contratos, presupuestos, etcétera.

Durante todo este tiempo, Baena envió escritos a la Delegación solicitando personal administrativo. La exdirectora asegura que “se incorporaban muchos administrativos a la Delegación” pero “nunca al Museo”. Al contrario, asegura que desde la propia Delegación “me bombardeaban con correos, exigiéndome información, lo que provocó que solo para atender en la medida de lo posible la solicitud de información que me demandaban, durante meses me viera obligada a trabajar en mis horas libres en casa, por la tarde y festivos” con asuntos “que no eran de mi competencia”.

María Dolores Baena señala que “tras el verano” el problema “se recrudeció”. A partir de entonces “se hizo más visible el trato humillante del delegado hacia mi persona, dando instrucciones concretas a prensa de la Delegación de Gobierno para que no concediera entrevistas, para que no saliera en fotografías... para silenciarme y humillarme en mi condición de directora”, describe. Al tiempo, agrega que el delegado eludía acudir a las actividades organizadas por el Museo cuando sí que lo hacía a las de otros centros culturales de la Junta en Córdoba.

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