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Es tiempo de CRIADILLAS DE TIERRA (trufas de pobre)

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Redacción Cordópolis

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Hoy hablamos de la criadilla de tierra o trufa de pobre como popularmente se conoce en el norte de la provincia cordobesa. Es otro producto muy desconocido en la gastronomía común, por lo tanto me gusta utilizarlo en el restaurante, en Blanco Enea. Las que estamos utilizando ahora fuimos a buscarlas la familia, un rato agradable en el campo hace diversión de grandes y de pequeños.

Su búsqueda es complicada ya que normalmente hay escasez de ellas, pero este año ha sido bueno, un año lluvioso que según Plinio las consideraba “hijas del trueno”. La lluvia es la alíada de la criadilla. Para buscarlas, en su estado de maduración, hay que ir con buen ojo, como con los trigueros. Emergen de la tierra haciendo un pequeño bulto, así que cuando vamos a buscarlas, vamos mirando para el suelo, te agachas cuando ves el bulto y dices ¡ otro hormiguero!, a seguir buscando.

Crece en tierras arenosas y de clima árido o semiárido, por lo que la limpieza de ellas es de arduo trabajo, hay que tener cuidado con la arena y las piedrecillas que se quedan en el interior. A la hora de comerlas hay un típico crujir de alguna que se escapó: Crack- crack….mmm, esta tortilla de criadillas está crujiente, y de forma natural.

No tienen ningún aroma al contrario que sus primas las trufas, pero sí un sabor muy delicado que es ideal para mezclar con otras setas o con trigueros en revuelto. En la casa las utilizamos con huevo a baja temperatura con parmentier y trufa, que os invito a que vengáis a probar.

Ya sabéis, si escucháis habar de la criadilla, aparte de ser las partes nobles de los animales macho, también son un sabroso y especial hongo.

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