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“Son otras navidades de desesperación”

Los padres de Paco Molina,  en la última concentración realizada en Córdoba | ÁLEX GALLEGOS

Alejandra Luque

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“Sin ningún hilo del que tirar y con desesperación”. De esta manera afrontan los padres de Paco Molina, Isidro y Rosa, la segunda navidad que pasan sin su hijo. La familia cruza estas fechas sin Paco y sin ningún avance en la investigación. “Las navidades pasadas ya fueron complicadas pero las este año, más todavía. Conforme pasan los meses la situación va a peor porque nos desesperamos”, declara el padre, Isidro Molina.

De las navidades de 2015 hasta ahora poco ha cambiado. La investigación sigue en el mismo punto y sin ningún indicio que pueda hacer cambiar el rumbo de la misma. Aunque la familia de Paco tiene contacto casi diario con los responsables de la investigación, lo que le transmiten es que “siguen investigando esperando algún hilo del que tirar”. “Nos dicen que están liados pero a día de hoy no han dado con nada”, detalla. No obstante, los padres de Paco no son conocedores de todos los detalles del proceso policial.

Tanto Rosa como Isidro cuentan cada día el tiempo que pasa desde que desapareció su hijo, el 2 de julio de 2015. “Son ya 17 meses y siempre te levantas con la esperanza de que pasará algo. Pero pasan los días y nada. No hay noticias de ningún tipo”. Fue el día después a la desaparición, el 3 de julio, cuando los padres de Paco interpusieron la denuncia en la comisaría de Campo Madre de Dios sobre las 17:30, ya que su hijo no regresó a casa la noche de antes. Al no localizarlo por teléfono, a las 12:00 del mediodía del 3 de julio, y al no saber nada de Paco, Isidro y Rosa llamaron a los amigos de su hijo. Fue cuando ya supieron que no les había dicho toda la verdad.

Aunque un conductor de autobuses reconoce a Paco como una de las personas que se subieron a un vehículo camino de Madrid, este hecho tampoco se ha podido comprobar ya que no se pidieron las cámaras de seguridad de las estaciones por las que pasó el autocar. A este respecto, Molina señala que “ésta es unas de las cosas que nos impiden dormir cada noche. Cada día pensamos en lo que no se ha hecho y en lo que ya no hay vuelta atrás. ¿Por qué no se pidieron las cámaras en ese momento? Lo que había en ellas ya nunca lo sabremos. Y si mi hijo estaba en ese autobús, tampoco”.

En ese sentido, Molina recuerda que “para casos como el de Diana Quer, lo primero se ha hecho ha sido coger las cámaras de los lugares por los que podría haber estado. Y creo que es lo que se tenía que haber hecho en el caso de mi hijo”. Además, Molina explica que “éste caso ha puesto de relieve la importancia que deben tener”, porque es innegable “la revolución mediática que ha tenido el caso de Diana Quer”.

Actualmente, el equipo de investigación de la Policía de Madrid baraja varias hipótesis, incluida la de la existencia de una secta. En un primer momento, los investigadores sostuvieron la hipótesis de una “desaparición voluntaria”. Sin embargo, Molina pide que “eso de voluntaria se le quite a todo el mundo de la boca porque sus padres siempre hemos asegurado que Paco no desapareció porque sí. Necesitó la ayuda de alguien y no sabemos si inducido o engañado. Nosotros conocemos a nuestro hijo y lo que deberían hacer también los investigadores es escuchar un poco más a los padres”.

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