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Un 'avión laboratorio' comprobará en verano las rutas aéreas del Aeropuerto de Córdoba

Imagen aérea del Aeropuerto

Alfonso Alba

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El Aeropuerto de Córdoba tiene su carta de aproximación caducada. Una carta de aproximación son las rutas que tienen que seguir los aviones de pasajeros para despegar y aterrizar en este tipo de infraestructuras, con el objetivo de evitar problemas orográficos e incluso de ruidos sobre lugares habitados. Con una carta caducada, es casi imposible que una aerolínea pueda explotar comercialmente el Aeropuerto de Córdoba, por lo que urge su actualización.

Enaire lleva trabajando varios años en la actualización de la carta de aproximación del Aeropuerto de Córdoba. Cuando la tenía prácticamente culminada, se ha cruzado una pandemia de por medio, lo que ha hecho que se paralizasen todos los trabajadores que se han desarrollado. Pero tras una pregunta del grupo parlamentario Compromís, el Gobierno, a través de Enaire, sostiene que los trabajos ya se han reiniciado y que este verano un avión laboratorio surcará el cielo cordobés en las rutas de navegación propuestas para comprobar que, efectivamente, son homologables a nivel europeo. Después, los plazos para que el Aeropuerto se pueda usar dependerá de factores “externos” a Enaire, ya que una carta de navegación es un instrumento tan importante para la navegación europea que tiene que ser certificada por diferentes organismos independientes.

El Gobierno asegura que en octubre de 2020 envió a Enaire toda la documentación del estudio topográfico del Aeropuerto de Córdoba, una vez que se superó lo peor del estado de alarma. Con la topografía en la mano, Enaire ha diseñado la carta de aproximación. Ahora, arranca la fase de “validación” de esta carta de aproximación. Esta fase se divide en dos: en tierra y en vuelo. La fase en tierra consiste en revisar la carta y la de vuelo es de la que se encarga el avión laboratorio.

La aproximación al aeropuerto de Córdoba se hace en varias rutas por encima de núcleos densamente poblados como El Patriarca y El Brillante. Y también se sobrevuela la base militar de Cerro Muriano, para lo que los pilotos y controladores tienen que saber exactamente cuándo hay maniobras. Por esto, Enaire está en contacto con el Ejército para encontrar una fórmula que permita compatibilizar las maniobras militares y el tráfico comercial, según consta en la respuesta parlamentaria a preguntas de Compromís, que hizo esta cuestión a instancia del sindicato ASAE en AENA-Enaire.

Una vez que se haga el vuelo del avión laboratorio, Enaire no se pilla los dedos con los plazos sobre la entrada en vigor de la carta de navegación. Todo dependerá de los permisos de diferentes ministerios del Gobierno. No obstante, las previsiones del Ejecutivo plantean que no se demore más allá de finales de 2021 o principios de 2022.

Desde 2008, Córdoba busca compañías aéreas para un aeropuerto que actualmente está más que infrautilizado. Pero no las encuentra. Iberia, a través de Air Nostrum, se lo estuvo pensando durante unos años, pero el avance de la crisis económica hizo retroceder sus planes. Otras low cost como Ryanair admiten que Córdoba no está en sus planes y que prefieren explotar los aeropuertos en los que ya operan. Muchos touroperadores admiten que la ciudad está muy bien comunicada por líneas AVE y que los turistas prefieren volar a Sevilla, Málaga o Granada.

Córdoba dispone de una pista de aterrizaje diseñada meses antes del estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis económica preparada para que aterricen aviones de medio alcance (un radio de hasta 3.700 kilómetros) como los Airbus 320. Desde Córdoba, por ejemplo, se puede volar a Oriente Medio, al Norte de Europa o a las Islas Canarias. Otra cosa es que haya una operadora dispuesta a hacerlo.

En 2014, el Tribunal de Cuentas de la UE publicó un informe sobre la construcción de aeropuertos en Europa, la mayoría de ellos en España sin apenas justificación, que se centraba en el caso de Córdoba. El informe dedica un amplio espacio a su análisis y llega a la conclusión de que la obra (se invirtieron 86 millones de euros de dinero público) fue totalmente “innecesaria” y que se hizo sin planificación ni estudios previos sobre su viabilidad.

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