Las asociaciones pro derechos humanos piden que el Baltasar de la Cabalgata sea una persona afrodescendiente

Los comentarios de todos los años retornarán a escena después de la presentación de la próxima edición de la Cabalgata de los Reyes Magos de Córdoba, ya que se ha vuelto a anunciar que el rey Baltasar volverá a ser una persona blanca al que se pintará de negro. Una práctica denominada como blackface y que trae mucha controversia por la reacción de la comunidad negra, que considera esto como un acto racista, pero, ¿por qué esto se realiza solo en la capital mientras que incluso en pueblos es una persona de color quien actúa como Baltasar? ¿Es que no hay seres humanos negros que quieran participar en esta actividad?

Pues la respuesta es más sencilla de lo que parece. La Cabalgata de los Reyes Magos de Córdoba es organizada desde 1968 por el Ayuntamiento y, de manera conjunta, con la Federación de Peñas Cordobesas. A cambio, las peñas solo piden una cosa: que uno de sus peñistas, previo sorteo, encarne al Rey Baltasar, por lo que ni una sola persona negra opta a este premio de caracterizarse como el Rey Mago preferido por la mayoría de los niños. Esto es algo que lleva siendo así desde entonces, que no se alteró con la llegada de la democracia y que no está previsto que cambie en los próximos años.

Ahora bien, ¿qué opinan las asociaciones pro derechos humanos? En primer lugar, CORDÓPOLIS se ha puesto en contacto con la revista Afroféminas y ha mostrado su indignación después conocer la noticia, aunque admite que no les “sorprende”. “Es una práctica que tiene los días contados. Fuera de España, este acto se ve con una mezcla de incredulidad y rechazo”, además de que en Europa están “siendo eliminadas”.

Asimismo, esta revista ha incidido que al Ayuntamiento de Córdoba, comandado por el Partido Popular, “no le interesa las personas afrodescendientes, tampoco los niños y niñas, ni que tengan una representación digna de su etnia, prefiriendo una caricatura grotesca”. “También es indignante el silencio de Hacemos Córdoba, que se supone más sensible a estas demandas”.

Por su parte, el activista Sani Ladan considera el blackface como una práctica “intolerable” en un país “serio” porque es una “humillación hacia las personas negras y la propia resistencia a cambiarlo es el reflejo de la sociedad”. De hecho, Ladan ha explicado que llevan años denunciando este acto pero que “nada ha cambiado”, aunque tiene esperanza en el futuro. “Sin ninguna duda que esta práctica desaparecerá, pero por las voces que cada vez se elevan más en contra de esta humillación. Hay casos de países que lo han prohibido y parecía años atrás que era impensable”.

Entretanto, la asociación El Mundo y África trabajan también ha atendido a CORDÓPOLIS y ha apuntado a través de su presidente Salomón Beyo que, a día de hoy, la sociedad no sabe el significado de igualdad entre personas. “No hagas al otro lo que a ti no te gustaría que se te hiciese. Es tan simple como eso, vivir como hermanos sin respeto mutuo”. Aun así, dicha organización también cree en un futuro a mejor, ya que hay “fe en la humanidad” y culminó su intervención aludiendo a una cita de Martin Luther King. “Somos hermanos y hermanas. Es la hora de empezar a actuar como tal”.