Una concentración simbólica contra los que quieren convertir la mascarilla en la mordaza del feminismo
Una performance en silencio frente a quienes buscan silenciar el feminismo. Marcas en el suelo contra los dedos señaladores de la ultraderecha. Mascarillas frente a un virus que sigue circulando y causando sufrimiento. Y paraguas contra una amenaza de tormenta que ha acabado siendo solo eso, una amenaza. El 8M de 2021 en Córdoba ha tenido lugar entre medidas de seguridad sanitaria y frente a la urgencia de un momento en el que el machismo tampoco da tregua.
El feminismo cordobés ha protagonizado este lunes una concentración simbólica y mucho más pequeña de lo que viene siendo lo habitual para el colectivo social que mayor capacidad de movilización ha mostrado en la ciudad en los últimos años. Con un tamaño ajustado a la pandemia, la plaza de las Tres Culturas, habitual punto de partida de las más importantes manifestaciones feministas de los últimos años, ha sido convenientemente marcada con más de medio millar de puntos en los que habían de situarse las asistentes a las concentración (que al final han sido cerca de 350, según algunos de los agentes de Policía que controlaban la protesta).