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El sistema de la Policía Local acumula diez caídas este año

Agentes de la Policía Local en la entrada a Capitulares | MADERO CUBERO

Antonio Gutiérrez

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El fallo informático, que se prolonga desde hace años, se suele producir en fines de semana y festivos, deja “a oscuras” a los agentes, tanto de puertas para adentro, como en sus relaciones con los ciudadanos

A oscuras. El sistema operativo que rige las operaciones de la Policía Local de Córdoba hace aguas y suma “al menos” una decena de caídas “de varias horas” que hacen inviable las relaciones entre los propios agentes y los ciudadanos que se ponen en contacto con el teléfono de la sala policial para denunciar cualquier incidente. Así lo han asegurado a este medio las fuentes consultadas que dan veracidad a la denuncia formulada la pasada semana por UGT en la que se hacían públicas dos caídas, registradas en los fines de semana del 16 y del 23 del mes de agosto.

La situación se prolongó durante horas en ambas ocasiones, pero ni mucho menos es un hecho aislado, de hecho se lleva sufriendo desde hace años. Es más las caídas, siempre según las fuentes consultadas, se producen durante los periodos festivos o vacacionales, y se prolongan, entre otros motivos, porque sólo puede ser reiniciado por unas pocas personas que tienen la clave. Las fuentes consultadas añaden que el diseño y mantenimiento del sistema no está tutorizado por un experto informático, sino que, “según la Relación de Puestos de Trabajo de Jefatura (RPT) corresponde a un operador de grúa”.

¿Qué supone una caída del sistema operativo de la Policía Local? La respuesta es contundente: “Volver a la prehistoria”. Del lado de los ciudadanos no se pueden recibir llamadas, ya que pasan necesariamente por el sistema informático - la llamada acaba siendo desviada a un contestador-. De la misma manera, si se está formulando una denuncia no hay forma de registrarla en la base de datos, las comunicaciones con el Parque de Bomberos o los servicios de emergencia de 112 quedan, de la misma manera, en silencio y lo mismo ocurre con sistemas tan importantes como las bases de datos de la Dirección General de Tráfico (conocido como X-25) o las del Cuerpo Nacional de Policía. “Si tienes a un sospechoso retenido le tienes que dejar marchar porque no puedes reclamar sus antecedentes policiales a la sala porque no funciona el sistema”, indican.

Esta situación también se extiende al registro de datos de asuntos especialmente sensibles como las órdenes de protección de los servicios de Violencia de Género. Del lado organizativo, los problemas no son menores. Cada turno y destino de los agentes que se incorporan a él está registrado informáticamente, así como el de las personas que descansan. Si la caída es prolongada, y esto ha sucedido en varias ocasiones, los relevos entre los turnos entrantes y salientes se convierten en un galimatías que retrasa de forma innecesaria la salida a la calle de las diferentes unidades, todo ello en un escenario en el que, como recuerdan, “se tiene que tirar de teléfono o de intercomunicadores” para tratar de coordinar y estar al tanto de lo que ocurre en la calle.

Las fuentes consultadas aseguran que la obsolescencia de muchos de los equipos informáticos presentes en la jetafura, así como de los programas con los que operan, generan situaciones complicadas que ralentizan aún más el sistema operativo e inciden en que se sobrecargue y se cuelgue. A modo de anécdota, la falta de actualización de los antivirus de muchos de los equipos que saltan a menudo recordando al usuario que sus ordenadores son vulnerables, indican las fuentes consultadas que recuerdan que la promesa de nuevos equipos y de una sala de operaciones en condiciones suele coincidir con los periodos electorales, pero que luego no se vuelve a saber de ella.

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