Salud dejará un acompañante en el parto y “excepcionalmente” más de uno con enfermos terminales
La Consejería de Salud y Familias ha presentado a los sindicatos de la Mesa Sectorial un documento bajo el título de Protocolo de acompañantes para la humanización durante el período de pandemia Covid-19, en el que recoge que las mujeres durante el parto “tienen derecho a estar acompañadas”, aunque precisa que el acompañante “permanecerá en todo momento a más de un metro y medio de distancia de los profesionales sanitarios”. Además, en enfermos terminales agrega que “excepcionalmente se valorará la presencia de un número superior de personas en el caso que existan lazos familiares que lo justifiquen”.
Salud señala en dicho documento, consultado por Europa Press, que la situación actual de pandemia “marca un nuevo escenario que debemos definir en lo relacionado al acompañamiento de pacientes en las urgencias, ingresados en hospitalización, en paritorios y en sus visitas a consultas externas y pruebas diagnósticas”.
Añade que para el acompañamiento van a tener en cuenta “varios escenarios de vulnerabilidad, tales como pacientes en situación terminal, menores, grandes discapacitados o con trastornos de la percepción sensorial, en situación de agitación y con proceso de parto iniciado” e indica que “se permitiría el acceso a un solo acompañante”.
Dicho protocolo señala, igualmente, que la situación de Covid-19 positivo o negativo del paciente “marcará los niveles de protección que se deban tener en cuenta, las medidas e instrucciones pertinentes para garantizar su máxima seguridad y la de su acompañante, así como determinará el tiempo de permanencia en proximidad de la persona acompañante”, toda vez que apunta que se “debe maximizar el uso de tecnologías de comunicación y el apoyo psicológico profesional, así como la información telefónica, que permitan la presencia virtual del resto de familiares y la comunicación con la persona ingresada”.
En cuanto a las mujeres embarazadas, el protocolo establece que durante el parto, la mujer “tiene derecho a estar acompañada”, aunque dicha estancia durante el período de dilatación y parto “estará condicionado a criterio facultativo”. En el acceso al hospital se evaluará con pruebas a la mujer y acompañante, y este “tiene síntomas, o ha sido positivo en los últimos 14 días, no podrá entrar en el hospital y deberá enviar a otra persona”.
Indica que la embarazada y la persona acompañante “deberán utilizar mascarilla y extremar la higiene de manos y limitar los movimientos dentro de la habitación” así como las salidas de la misma, y durante el parto, si la gestante se puede considerar como caso de Covid-19 positivo (confirmado, probable o posible), este “se llevará a cabo en habitación de aislamiento o paritorio designado a tal fin” y la gestante “llevará mascarilla quirúrgica y el acompañante usará EPI”.
Además, señala que en la sala de partos, el acompañante “permanecerá en todo momento a más de un metro y medio de distancia
de los profesionales sanitarios que deberán utilizar EPI“ y ”si esta
distancia no fuese posible, habría que pedir al acompañante que abandonara el paritorio“. Esta distancia debe mantenerse también si la mujer ”no presenta sintomatología sospechosa ni ha dado positivo“, añade el documento, que refleja que en el caso de que se produzca una cesárea ”no se permite la presencia de acompañante en el quirófano“.
En el caso de los pacientes terminales, el protocolo destaca que estos “tienen derecho a despedirse de sus seres queridos y a tener un proceso de muerte lo más humanizada y confortable posible”, y que “el contacto telefónico con la familia, frecuente y previo a esa situación también es muy importante”. Así, incluye que al ingreso del paciente “se le informará que debe elegir a un familiar como interlocutor (portavoz familiar)” y “en caso en que el paciente no pueda expresar esta elección, se contactará con el acompañante o con el familiar de contacto que aparezca en la historia clínica”.
“Si el acompañante se identifica como caso Covid-19 positivo, posible o probable, deberá ser sustituido por otra persona”, aunque precisa que “excepcionalmente se permitirá su acceso si no hay posibilidad de ser sustituido y la persona acompañante se comprometerá a no abandonar la habitación en ningún momento”. También agrega que “excepcionalmente se valorará la presencia de un número superior de personas en el caso que existan lazos familiares que lo justifiquen y se garantice su seguridad”.
Por su parte, en el caso de las personas con discapacidad o menores, este documento puntualiza, entre otras cosas, que también se permite “un único acompañante durante la estancia en planta o sala de observación en esta última por el horario establecido”, y se les aplica las normas comunes a todos los pacientes como “realizar el menor número de salidas de la habitación” y “siempre usar medidas de higiene de manos, uso de mascarillas y no salir de la habitación hasta el alta”.
“No acudirán” con sintomatología ni a pruebas ni a consultas
Durante la asistencia a consultas externas y pruebas diagnósticas, se establece que “no acudirán paciente ni acompañante con sintomatología y se establecerá como medida de precaución que ambos deberán acudir con mascarilla”, y “solo se permitirá un único acompañante y deberán acudir en el tiempo estimado para su entrada en consulta o realización de prueba diagnóstica o administración de
tratamiento, y así evitar aglomeraciones en sala de espera“.
Además, “en el supuesto que acuda con medio de transporte público o colectivo que propicie la llegada al centro antes del horario establecido, será trasladado a la sala de espera habilitada para tal fin y se desplazará a la sala de espera de consultas externas en el horario prefijado para su consulta clínica”.
El documento establece también que en todos los escenarios el acompañante “será autorizado a criterio médico, con una declaración jurada de no poseer sintomatología y consentimiento informado previa determinación de su situación inmunológica con test rápido de detección de IgG/ IgM o PCR en función del resultado”.
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