Piden el cierre de la orujera de Espejo por estar a menos de 5,5 kilómetros de núcleos habitados
La asociación de Ecologistas en Acción de Montilla ha remitido un escrito a la Delegación provincial de la Consejería de Medio Ambiente en Córdoba reclamando la clausura de la actividad de la polémica orujera de Espejo. El colectivo denuncia que la instalación emite a menos de 5,5 kilómetros de distancia de núcleos de población, tal y como señala la normativa.
La construcción de la orujera ha provocado una enorme polémica en la comarca. La instalación está en el término municipal de Espejo, aunque más cerca del casco urbano de Montilla. De hecho, se han disparado las quejas vecinales en Montilla por la intensa humareda que alcanza a la población. El propio Ayuntamiento montillano ha reclamado informes sobre la calidad del aire y ha iniciado un proceso para reclamar a la Junta también la revisión de la autorización ambiental que le fue concedida a la empresa Oleícola El Tejar Nuestra Señora de Araceli.
Ecologistas en Acción señala que la columna de humo procedente de la actividad es “observable permanentemente” desde Castro del Río, Espejo, Montemayor y Montilla. Se trata, según su descripción, de “una densa niebla de color oscuro y maloliente” que, afirma, procede de las instalaciones de la orujera. Los ecologistas aluden al texto de la propia Autorización Ambiental Unificada concedida por la Junta de Andalucía, donde se recoge que la distancia mínima de la actividad a un núcleo habitado es de 5,5 kilómetros. Además, la autorización ambiental señala que “la rosa de los vientos de la zona indica que los vientos predominantes no se dirigen hacia ninguna zona habitada”, algo que según Ecologistas en Acción es “cosa imposible de admitir dado que esas poblaciones, sus pedanías y cortijadas rodean las instalaciones por los cuatro puntos cardinales”. “Por tanto, el funcionamiento de las instalaciones no cumple esa autorización, situación de ilegalidad que es tolerada por la Administración a la que nos dirigimos”, denuncian.
Además, el colectivo también ha solicitado a la Junta de Andalucía toda la documentación de la autorización ambiental. Reclaman el informe de salud de la propia Delegación, la certificación técnica de que el proyecto se ha ejecutado por fases, las resoluciones administrativas de una posible modificación del proyecto original, informes sobre posibles incidentes de la empresa, las actas de los inspectores, qué es lo que se hace con los residuos peligrosos, los controles de emisiones e incluso auditorías, entre otros expedientes.
Mientras tanto, y de forma preventiva, piden el “cierre provisional” de la orujera, “puesto que la distancia entre los focos de emisión y las áreas pobladas es inferior a 5,5 kilómetros”, señalan.
En Montilla, se acumulan las quejas vecinales por los olores provenientes de la humareda de la orujera. El propio Ayuntamiento ha pedido a la Junta acceso al expediente y ha asegurado que el núcleo urbano de Montilla está a menos de los 5,5 kilómetros de distancia que marca la normativa, según informó a través de una nota de prensa.
Un proyecto autorizado en 2019
La orujera de Espejo funciona con una autorización ambiental que concedió la Junta de Andalucía en 2019. Eso sí, la licencia no contaba con un informe sobre el impacto de actividad en la salud, tal y como informó El Día de Córdoba.
La orujera de Espejo se dedica a la extracción del alperujo, como la recepción y almacenamiento de este derivado de la producción de aceite de oliva; el deshidratado mecánico y la extracción de aceite de orujo o la ejecución de una balsa de alpechín y lixiviados. En este proceso, con el alperujo se puede producir energía eléctrica, como ocurre en las plantas de Baena y Cabra, o se crea abono orgánico para el olivar.
Desde su puesta en marcha, las redes sociales se han inundado de quejas. El humo de la orujera ha llegado a municipios tan alejados como Nueva Carteya, algo que ha indignado también a sus vecinos.
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