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El misterioso poblado en piedra de la prehistoria que podría ser uno de los más antiguos de la Península

Los arqueólogos, tras concluir la excavación de este verano.

Alfonso Alba

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Hace 7.000 años, en el Mediterráneo Occidental no había aldeas tan asentadas como para haber construido murallas, calles o viviendas en piedra. Los primeros agricultores y ganaderos que ocupaban Europa disponían de asentamientos no siempre permanentes, levantados con materiales perecederos en territorios ocupados exclusivamente por cazadores-recolectores pocas generaciones atrás.

Desde hace tres años, un equipo de arqueólogos está excavando en la provincia de Córdoba un yacimiento excepcional, por su antigüedad, por sus dimensiones y por su interpretación. Con lo que los arqueólogos tienen entre manos se cuestionaría parte de la Prehistoria oficial. Y en eso, en cuestionar cosas, es en lo que consiste la Ciencia.

La tercera campaña de excavación en el Cerro del Cercado, financiada por el Ayuntamiento de Priego de Córdoba y dirigida por Rafael M. Martínez, profesor del Área de Prehistoria de la Universidad de Córdoba, y en el que colabora el profesor titular de la universidad de Huelva J. Carlos Vera, así como distintos estudiantes e investigadores vinculados en esta ocasión, a las universidades de Córdoba, Lisboa, Sevilla y Huelva, ha confirmado la existencia de “grandes estructuras” de piedra, tal y como se sospechaba en años anteriores.

Año tras año, los arqueólogos comienzan a asumir algo a lo que en un principio eran reticentes: que el yacimiento del Cerro del Cercado es “único”; un lugar en el que aún hay mucho que estudiar y un punto en el que confirmar que quizás la vida en poblados de organización compleja fue muy anterior a la Edad de los Metales en la Península Ibérica. En este caso, la ocupación se instaló en lo más alto de un cerro de Priego de Córdoba, en una zona rica en mineral de hierro que, quizás, explique más cosas.

Los arqueólogos tienen planificadas futuras campañas para seguir investigando en la zona gracias a la implicación desde el primer momento del Ayuntamiento de Priego de Córdoba, y desde este año, a la financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y de la Fundación Palarq. Gracias al esfuerzo municipal, durante esta primavera han trabajado con una empresa alemana de prospecciones geofísicas que ha certificado la existencia de “grandes estructuras” de piedra soterradas que podrían ser viviendas.

Los investigadores han dejado la excavación dispuesta para la próxima campaña, según detalla Rafael M. Martínez. “No hemos querido excavar suelo de ocupación”, ha asegurado, en una zona en la que ya tienen la certeza de que no se trata de construcciones de la Guerra Civil, que también están presentes en el yacimiento. “Esto es al menos del final del Neolítico Antiguo”, recalca.

Hasta ahora, hablar de una aldea o poblado con “estructuras de piedra” con 7.000 años de antigüedad en Europa occidental, son palabras mayores. Sí que hay bastantes testimonios de poblados construidos de forma muy elaborada en el interior de Europa, conformados por casas largas durante la misma época, cuya silueta queda dibujada por los hoyos de poste dispuestos para la construcción de los alzados. Pero construcciones en bloques de piedra, es algo prácticamente inédito, más frecuente en Anatolia, Chipre, o al sur de los Balcanes.

Hace unos 7.000 años, 4.000 años antes de la llegada de los fenicios, estos campos andaluces se encuentran ocupados por agricultores del Neolítico inicial, campesinos de la Edad de Piedra descendientes sobre todo de gentes de Anatolia que adoptaron la agricultura y la ganadería, y se mezclaron progresivamente con cazadores-recolectores europeos. Apenas llevaban unas pocas generaciones establecidos en el lugar, por lo que la dimensión de este hallazgo resulta a todas luces excepcional.

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