En grupos y de forma voraz: así se alimenta el siluro en las colas del embalse de Iznájar
Decenas de siluros, apretujados, parapetados entre las rocas, esperando la cena. Es el impactante vídeo que ha captado un pescador perteneciente a la Asociación Medioambiental de Pescadores del Pantano de Iznájar, la única entidad colaboradora con la Junta de Andalucía en el control del este animal, el pez superdepredador de agua dulce más grande de Europa.
El vídeo está grabado en la garganta del río de la Hoz, una de las colas del embalse de Iznájar, en pleno corazón de Andalucía, y el primer punto de la comunidad donde se detectó la presencia del siluro, una especie que ahora también amenaza el bajo Guadalquivir.
Allí, en el punto donde los peces autóctonos, concretamente el barbo y la boga, acuden a desovar, se apelotonan por la noche decenas de siluros para impedir la freza y darse un festín. El vídeo del pescador, captado a finales de marzo, muestra la voracidad y la actividad frenética de esta especie en su lucha por alimentarse.
También, que no le temen a los humanos, como muestra un momento del vídeo en el que el siluro, atraído por el pescador, saca medio cuerpo fuera del agua buscando una presa en la oscuridad de la noche.
En este sentido, el investigador del Departamento de Zoología de la Universidad de Córdoba (UCO), y administrador de la empresa Guadalictio, Ramón de Miguel, aclara que el siluro es un pez nocturno y que, en las colas del pantano de Iznájar cumple con dos cuestiones al mismo tiempo.
Un vídeo grabado expresamente para la Junta de Andalucía
“Se reúnen en las colas del embalse, en los arroyos, por la noche, primero para llevar a cabo su propio desove, y también para alimentarse de los otros peces que necesitan acudir allí para su propia freza”, explica este investigador, que apunta a que el siluro se alimenta principalmente de barbos y bogas, así como de otras especies que no son autóctonas, como el alburno, el black bass y la carpa, todos estos introducidos en el embalse para la pesca deportiva.
Sin embargo, el presidente de la Asociación Medioambiental de Pescadores Lago de Andalucía, José Manuel García, discrepa con la idea de que los siluros acudan a este lugar a desovar, y apunta a que solo lo hacen para comer. “Para desovar acuden a otro punto del pantano”, asegura.
El vídeo grabado por el pescador con destinataria la Junta de Andalucía, dentro del trabajo que lleva a cabo esta asociación en el control de esta especie, da una idea del problema que se lleva gestando una década en el pantano de Iznájar.
Es también todo un aviso para las autoridades ante las primeras pescas de este superdepredador a lo largo del Guadalquivir, especialmente en la zona del bajo Guadalquivir, incluido el Parque Natural de Doñana.
En este ámbito, Ramón de Miguel advierte de que el verdadero problema es que, si no se ponen medios, como ha ocurrido en Iznájar, las poblaciones de siluros son tan grandes y necesitan comer tanto, que buscan presas que se salen de lo habitual, incluidos patos o pájaros. Un crecimiento exponencial de esta especie en la zona de Doñana podría tener consecuencias nefastas.
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