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Pintan una gran cruz roja en la fachada de las antiguas naves de Colecor

Aparece pintada una cruz roja en las antiguas naves de Rafael Gómez 'Sandokan'

Redacción Cordópolis

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Las antiguas naves Colecor, construidas en 2005 sin licencia municipal, presentan desde hace poco más de una semana una gran cruz roja en su fachada de la que se conoce muy poco: ni quién la ha pintado ni cuáles serían los motivos que le ha llevado a ello. La cruz forma parte de la fachada del edificio pero nunca ha llamado la atención sobre toda la estructura ya que el color beige es el que siempre ha impregnado el edificio.

Actualmente, las naves ya no pertenecen a Rafael Gómez Sandokán y el pasado mes de diciembre fueron adjudicadas al único pujador (seis millones de euros) que participó en la subasta de las instalaciones, un procedimiento que todavía no ha culminado. El Banco Santander, propietario del inmuble, fijó un precio para la subasta de 7,23 millones de euros. Según figuraba en el auto de subasta publicado por el Juzgado de Instrucción número 10 de Córdoba, con ese montante, el Santander pretende saldar un préstamo pendiente aún de unos seis millones de euros de capital, más los intereses ordinarios, de demora y los gastos asociados.

Junto a las naves se subastaron también otras cinco fincas colindantes más de una gigantesca extensión de terreno que va desde la propia carretera de Palma hasta las faldas de la sierra en incluso a las inmediaciones de Medina Azahara. Según consta en el Registro de la Propiedad, este bien tenía más de 40 embargos. Todo eran deudas de las empresas vinculadas a Rafael Gómez. Desde los bancos hasta la Agencia Tributaria pasando por el Ayuntamiento de Córdoba, que le impuso diversas sanciones urbanísticas. Nada de eso se va a cobrar. El débito desaparecerá automáticamente el día en el que el juez adjudique las naves.

Pero este inmenso inmueble sí que tiene una herencia difícil de cumplir: su legalidad. Si el nuevo propietario quiere usar las naves para algo más que para guardar cosas tendrá que cumplir la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que ratificó el Supremo. La clave está en la demolición. Sí o sí, tendrá que demoler una parte importante de lo construido de manera irregular.

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