Una noche y adiós: el récord de turistas no mejora el índice de pernoctaciones
Desde hace lustros es uno de los mantras más escuchados por los gestores políticos y empresariales del mundo del turismo: “Hay que mejorar el índice de pernoctaciones de los visitantes a Córdoba”. La ciudad ha vivido un año récord, superándose por primera vez la cifra de seis dígitos, el millón de turistas.
Pero el ansiado índice de pernoctaciones apenas ha variado. Los turistas pasan una noche -como mucho- y luego se van. Y según el último informe del Instituto Nacional de Estadística, publicado este martes, la estancia permanece invariable al menos desde 2005, un año en el que ni se soñaba con tener el flujo de turistas del que actualmente disfruta la ciudad.
De estos grises en las gráficas ya alertó en septiembre la Asociación de Empresarios de Hospedaje de Córdoba (Aehcor), que subrayó que en Córdoba el número de pernoctaciones en 2017 “sigue estancado y en retroceso, y, lo que es peor, la estancia media está incluso descendiendo en los dos últimos años”. Así lo detalló el presidente de Aehcor, Manuel Fragero, en una nota en la que indicó que los datos del INE ya revelaban al final del verano que las pernoctaciones descendían un 0,54%, quedándose la media en 1,6 días. Una tónica que se ha mantenido a lo largo de todo el año.
Para el presidente de Aehcor “es necesario tener más promoción y hace falta un mayor liderazgo del Ayuntamiento, que haga de Córdoba una ciudad atractiva y un producto turístico que convierta nuestra forma de vivir en la experiencia central de los turistas que nos visitan”.
Para mejorar estas cifras, desde Aehcor conminaron al Ayuntamiento de Córdoba a que lidere el cambio hacia un modelo turístico que se respete en el tiempo. “Lo primordial es que, de una vez, se abran y se mantengan en el tiempo todos los atractivos turísticos de la ciudad, desde el espectáculo nocturno del Alcázar y el de Medina Azahara, al Centro de Exposiciones y el Palacios de Congresos” y “no se creen cortijos, sino productos sostenidos en el tiempo, que constituyan una oferta cultural rica a la altura de la oferta patrimonial”.
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