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Una década del avión cultural que nunca despegó

Avión de Miraflores

Carmen Reina

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En el año 2009, un particular, propietario de dos aviones DC-7 que estaban varados en el aeropuerto de Córdoba, cedió una de las aeronaves al Ayuntamiento de la capital para que fuera reconvertido en un espacio cultural. Dos años después, en 2011, el avión dejaba el aeródromo con una llamativa comitiva de motos, coches antiguos y un dispositivo de seguridad con decenas de agentes por las principales avenidas de la ciudad para trasladar la aeronave a su nuevo destino: el Parque de Miraflores -en la orilla del Guadalquivir opuesta a la Mezquita- donde el avión se iba a convertir en un 'contenedor cultural' para nuevas formas de creación junto a otros equipamientos.

Hoy, una década después de su instalación, el conocido como 'avión cultural' no tiene uso ni proyecto cierto en el horizonte. Es más, el actual gobierno municipal anunció hace dos años su intención de retirar la aeronave de ese lugar, pero aún sigue 'planeando' sobre Miraflores. Sus 33.000 kilos de peso y su envergadura de 38 metros de ala a ala, no acabaron de despegar nunca como iniciativa cultural y sólo llama la atención de los foráneos al ver un avión de tal envergadura plantado en la ciudad.

Convertido en su momento en símbolo de la Capitalidad Cultural Europea a la que aspiraba Córdoba para el año 2016 y que finalmente ganó San Sebastián, quedó desde entonces a la vista de todos como el recuerdo de aquel anhelo no conseguido. Cuatro corporaciones municipales distintas han visto ya en este tiempo cómo el avión ha quedado abandonado y sin uso. Quienes tuvieron la idea inicial –gobierno de IU y PSOE entre 2007 y 2011-, dejaron el timón del Ayuntamiento a los dos meses de instalar el avión en Miraflores, tras las elecciones que ganó el PP por mayoría absoluta en mayo de 2011.

En ese nuevo mandato gobernado por los populares y presidido por la crisis económica, el proyecto del 'avión cultural' tal y como fue pensado inicialmente– espacio para exposiciones, proyecciones audiovisuales y conferencias- se dejó aparcado. Poco después, se quiso resucitar con una iniciativa nueva: el PP llegó a aprobar en el Ayuntamiento una propuesta para construir una especie de terminal-auditorio con capacidad para 450 personas junto al avión. Pero ese proyecto tampoco vio nunca la luz, pese a que se adjudicó su concesión administrativa a la empresa Balcón del Guadalquivir a finales de 2012, ya que llevaba aparejada la explotación de un restaurante en sus inmediaciones que los técnicos de Urbanismo rechazaron hasta en tres ocasiones por considerarlo como una discoteca.

Avión ocupado, pintadas y destrozos

Mientras tanto, el DC-7, sin embargo, sí tuvo algún uso: el que le dieron quienes lo han ocupado en varias ocasiones durante este tiempo, además de ser objeto de pintadas y algunos actos vandálicos. Tanto es así, que en 2016-, herreros del Ayuntamiento soldaron las puertas de acceso al interior de la aeronave para sellarlas e impedir nuevas ocupaciones de un espacio que también luce actualmente algunas pintadas y rotura de cristales.

Y, entretanto, el uso del 'avión cultural' quedó sin definirse. El Ayuntamiento rechazó en el anterior mandato municipal que se explotara un servicio de restauración asociado al DC-7 como propuso el ejecutivo local del PP años antes. Los populares, desde la oposición municipal hace unos años, ya pidieron la retirada del “cacharro” de su ubicación en Miraflores, una idea que mantuvieron al llegar al gobierno local de nuevo en 2019. Pero desde el Ayuntamiento se ha reconocido en este tiempo que quitar el avión del parque costaría a las arcas municipales casi tanto como en su día llevarlo hasta allí -en unos 90.000 euros se cifró entonces-, un gasto importante que no se ha visto como prioritario.

Intención de retirarlo

El actual gobierno municipal mostró ya en 2019 su intención de retirar el avión de Miraflores. El presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Salvador Fuentes, se refería al DC-7 en octubre de 2019 confirmando que se planteaban su retirada, ya que al avión no se le está dando uso y “hay más gente a favor que en contra” de que se retire esta instalación, decía entonces. No ha habido novedades, hasta el momento, preguntado el Ayuntamiento al respecto esta misma semana. Hace dos años, el Consistorio decía que “el avión tiene los días contados”. De momento, ha contado ya más de una década viendo el tiempo pasar en Miraflores.

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