Córdoba ha perdido para siempre seis edificios singulares demolidos mientras se innovaba el PGOU
Ya en 2001, cuando se aprobó inicialmente el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), sus redactores señalaron la necesidad de proteger aquellos edificios de la ciudad de Córdoba considerados singulares y construidos en el siglo XX. Empezó entonces un largo camino, en el que el servicio de Planeamiento de la Gerencia Municipal de Urbanismo ha intentado redactar un catálogo lo más amplio posible de edificios e inmuebles singulares a salvar de la demolición en la ciudad.
Pero ha sido tan largo el paso del tiempo, que Córdoba ha perdido para siempre seis edificios considerados singulares por los arquitectos cordobeses. En cambio, ha protegido otros 336 inmuebles, lugares donde no se podrá entrar a demoler y donde la obligación del propietario será la de conservar lo construido.
Entre los seis edificios singulares que se han perdido quizás el más significativo es el que ha demolido el propio Ayuntamiento de Córdoba: el Pabellón de la Juventud en el Sector Sur. En 2019, el Consistorio derribó toda esta antigua instalación deportiva, de la que tan solo se conservaron las esculturas que flanqueaban su entrada. La zona sigue siendo a día de hoy un solar, a la espera de que se pueda adjudicar a una empresa tanto la construcción de un nuevo espacio deportivo como su explotación comercial.
La demolición del pabellón se produjo no sin debate. Los vecinos sí que vieron con buenos ojos su derribo, en demanda de unas instalaciones deportivas más amplias y, principalmente, de una piscina cubierta, algo inviable con la anterior estructura. En este artículo publicado en Cordópolis, el propio Francisco Daroca, decano del Colegio de Arquitectos de Córdoba y uno de los redactores del catálogo, describía la importancia patrimonial del Pabellón de la Juventud.
Los avisos
El propio Daroca ya advertía de la pérdida de otros espacios singulares, ejemplos de una arquitectura que dejó grandes ejemplos a mediados del siglo XX en la ciudad. Y que en ocasiones han dado paso a edificios que podrían estar en cualquier otro municipio del mundo. Fue el caso del chalet La Torre, en la avenida del Brillante. Esta obra fue demolida para la construcción de un Burger King, sin que Urbanismo pudiese hacer nada por proteger el edificio. En 2017 se llegó a advertir que si el catálogo hubiese estado aprobado el chalet se habría salvado. No ha sido hasta siete años después cuando no ha sido oficialmente publicado y, por tanto, aprobado.
Este chalet fue construido en los años veinte del siglo XX y diseñado por el arquitecto Francisco Azorín Izquierdo, uno de los más importantes de España antes de la Guerra Civil. Suyo es, por ejemplo, el mausoleo de Pablo Iglesias. Y en Córdoba hay abundantes edificios diseñados por Azorín Izquierdo, quizás uno de los arquitectos menos reivindicados de la ciudad.
También fueron imposibles de conservar dos históricos chalets en la avenida del Brillante. La Favela, a la altura del 138, acabó demolida. Villa María también fue pasto de la piqueta. De nada sirvió su precatalogación. Finalmente, estos ejemplos de los chalets de mediados del siglo XX en Córdoba acabaron destruidos.
Tampoco tuvo mucha suerte una casa regionalista que sobrevivía en Huerta de la Reina, a la altura del número dos de la calle Colombia, esquina con Fuente de los Picadores. O las antiguas instalaciones de los Laboratorios Pérez Giménez en la avenida de Chinales, pasto de incendios, de ocupaciones y de demoliciones.
Eso sí, el nuevo catálogo recién aprobado y publicado sí que va a conservar un total de 336 inmuebles singulares. La gran mayoría, 183, son edificios. Pero se han incorporado también al catálogo 37 elementos arqueológicos (muchos son históricos puentes o yacimientos repartidos por el término municipal), 30 monumentos, 28 conjuntos, 22 cortijos y haciendas, 16 infraestructuras, 11 áreas libres y ocho hitos.
El catálogo al completo se puede consultar aquí:
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