Los hijos de la acusada de maltrato declaran haber vivido esa violencia “durante toda la vida”
Los dos hijos de la mujer acusada de dos delitos de maltrato en el ámbito familiar han declarado este miércoles que la violencia ejercida por su madre la han soportado “durante toda la vida y de diversas formas”. Los menores, que tienen 12 y 14 años, han asegurado, además, que no quieren vivir con su progenitora, que ha negado los hechos que se le imputan.
La procesada, con unos 50 años en el momento de los hechos, residía con su marido y sus dos hijos menores en una casa de la capital cordobesa, donde a partir del año 2009 “la convivencia se volvió más difícil, debido a las continuas discusiones entre la madre y los niños”. Según ha declarado la menor, un día de diciembre de 2015 se encontraba viendo la televisión cuando su madre le requirió el mando para cambiar de canal. Para arrebatárselo, su madre “empezó a morder los nudillos, los brazos y los antebrazos” de su hija, que terminó dándoselo. Al instante, la menor fue a contárselo a su padre, quien ha ratificado los hechos y ha declarado haber visto “esos mordiscos”.
Ante la pregunta del Ministerio Fiscal sobre la ausencia de denuncia de estos hechos, el padre ha manifestado que su hija le pidió no hacerlo “ya que quería acabar el curso tranquila”. Con posterioridad, sobre la mitad del año 2016, la menor ha declarado que “estaba estudiando con su padre en la biblioteca de la vivienda” cuando su madre “pegó en la puerta con un cepillo de raíces de madera, rompió el picaporte y comenzó a golpear” su espalda, abandonando la biblioteca por la fuerza y recibiendo golpes, ya con la mano.
Actualmente, los cuatro miembros de la familia viven en la misma casa ya que, mientras que la procesada ha alegado que no tiene “otro sitio al que ir”, el padre de los menores ha manifestado sentir “miedo” si abandona el hogar familiar ya que ha sido “amenazado” con ser “alejado de sus hijos”. Además, el matrimonio sigue casado y nunca ha intentado separarse ya que, ha comentado el marido, “hemos intentado” que la procesada “razone y sepa que lo que hace no lo contempla ni la democracia ni el Islam”.
El marido también se ha referido a otros hechos en los que la procesada “echó” a su hija de la casa cuando ella y su hermano le manifestaron “que estaban asustados y que no querían ir a Marruecos”. Los menores han declarado que su madre les “pasaba guindilla por los dientes”, que les “pegaba” cuando no estaba presente su padre y que les rompía los juguetes que éste les regalaba. El niño ha contado un episodio en el que se fue de casa cuando su madre le obligó a lavarse los dientes “por sexta vez consecutiva”.
La acusada ha finalizado declarando que sufre “maltrato psicológico y ansiedad” y que tiene nula relación con sus hijos, quienes “están manipulados” y ya no le llaman “mamá” sino “La Mari”.
El Ministerio Público ha pedido para la acusada penas de 140 días de trabajos en beneficio de la comunidad, privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante dos años y una orden de alejamiento durante seis meses. Si la procesada no aceptara los trabajos en beneficio de la comunidad, la Fiscalía pide por cada uno de los dos delitos de maltrato la pena de ocho meses de cárcel, con orden de alejamiento durante dos años. La defensa, por su parte, ha pedido la absolución y ha considerado la explicación de los hechos como una “exageración”.
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