Las heridas por el cura pederasta de Peñarroya se reabren
La madre de una de las niñas abusadas critica que la Diócesis le mantenga trabajando en el Archivo tras cumplir su pena de 11 años de cárcel
Una década después de que fuese juzgado José Domingo Rey Godoy, religioso sentenciado en mayo de 2003 a 11 años de cárcel por abusar sexualmente de ocho menores de entre ocho y nueve años, la Diócesis de Córdoba sigue manteniendo un mutismo absoluto sobre lo ocurrido. Ni siquiera el hecho de que la noticia volviese a saltar ayer a los medios de comunicación de la mano de un artículo de El Confidencial contando que el cura condenado está trabajando en el Archivo Diocesano ha alterado un ápice la quietud eclesiástica.
Pero el silencio de la congregación no ha callado a la madre de una de las menores quien ayer expresó su rabia a Radio Córdoba Cadena Ser: “Ellos sabrán lo que hacen pero no me extraña que siga trabajando porque tampoco fueron capaces de mantenerlo como párroco durante los tres años que duró todo el proceso judicial”, ha señalado visitación, madre de una de las niñas víctimas del cura pederasta.
A pesar de la condena de los jueces, Rey Godoy nunca perdió la comprensión de la Iglesia. El propio obispo Asenjo mostró su “apoyo y cercanía” al cura incluso meses antes de que éste ingresase en prisión en 2003. Su entrada entre rejas fue otro ejemplo de la polarización que vivió la sociedad cordobesa y especialmente la de Peñarroya. Parte del pueblo festejaba que el religioso estuviese ya entre rejas, mientras que 2.800 vecinos no dudaron en solicitar su indulto recogiendo firmas en favor del cura condenado.
Rey Godoy obtuvo la libertad condicional en 2010. Según señalaban hace cuatro años sus vecinos, vivía en Córdoba con su familia. La propia web de la Diócesis señala que el religioso, que ya ha cumplido su condena, trabaja como personal diocesano en el Archivo.
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