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La Escuela de Músicos El Gato cierra su sede en Alfaros y busca un nuevo emplazamiento

Sede de la Escuela de Músicos El Gato cerrada | TONI BLANCO

Juan Velasco

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La Escuela de Músicos El Gato, un proyecto que cuenta con más de 20 años de vida, cambia de aires. Tras 14 años ubicada en la calle Alfaros, la sede de este centro de aprendizaje musical ha echado la persiana en plena crisis del coronavirus y buscan un nuevo emplazamiento para continuar con su proyecto.

Aunque su continuidad no está en riesgo, según explica a este periódico Ángel Molina, director de este centro, que aclara que, con el estado de alarma, El Gato se convirtió en una escuela de música online. De hecho, esta nueva modalidad de clases, obligada por las circunstancias, está detrás del cambio en el modelo.

Así se comunicó a los alumnos en mayo. Entonces, tras dos meses de confinamiento y tras haber mantenido las clases online, desde la dirección de la escuela advertían de que comenzaba “una etapa de transición hacia un proyecto renovado en el que llevamos trabajando varios años, y que será un nuevo episodio de este macro-proyecto”.

Ya entonces señalaban que la sede de la escuela en Alfaros cerraba, si bien, señalaban que la escuela mantendría su actividad y que informarían de la ubicación de la nueva sede. Dos meses después, no hay noticias de una nueva sede aunque sí contactos para retomar un proyecto que tenían hablado con el anterior Gobierno.

Traslado al Luciana Centeno

Molina recuerda que hace un par de años se llegó a un acuerdo con la Asociación de Vecinos de San Agustín para estudiar junto al Ayuntamiento la posibilidad de trasladar la escuela al colegio Luciana Centeno, en la calle Costanillas, y que lleva años sin actividad. El proyecto, remarca, contaba con el beneplácito de la anterior corporación de PSOE e IU.

“El interés está ahí. El año pasado habíamos avanzado en ello, pero con el cambio de gobierno, se ha vuelto a empezar y entendemos que estas cosas van lentas”, explica el director de El Gato.

No parece, de hecho, que en septiembre se vaya a producir el traslado allí, si bien Molina defiende que el modelo de clases online, a domicilio y en salas de ensayo ha funcionado bien estos meses y que ahora los profesores están descansando y a la espera.

También es cierto que, por sus características, la escuela de El Gato está bien situada para la vuelta al rocanrol presencial, ya que sus clases son totalmente personalizados, de un alumno y un profesor, y están basadas en los gustos de cada aprendiz.

A muchos artistas de Córdoba, de hecho, les tranquilizará saber que hay continuidad para un proyecto de más de 20 años, que nació en 1999 como el Aula de Guitarra, y que deliberadamente escogió alejarse de las partituras típicas para enseñar a tocar instrumentos a partir de la música de los artistas que más les gustan y motivan a los alumnos.

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