Equo denuncia la llegada de un circo con animales a Córdoba cuando lo prohibió el Pleno
Con motivo de la llegada a Córdoba de un circo instalado próximo a la Avenida de la Arruzafilla con varios ejemplares de león y de tigre encerrados en un tráiler, así como un ejemplar de cabra doméstica atada a uno de los camiones del circo, la formación política Equo ha puesto de manifiesto su defensa de un circo sin animales, porque es posible realizar espectáculos circenses de calidad sin ellos y ha asegurado que en la ciudad están prohibidos por el Pleno desde enero del año 2016.
El portavoz provincial de Equo, Salustiano Luque, asegura que “con el voto de calidad de la alcaldesa, Isabel Ambrosio, fue aprobada una moción presentada por el grupo municipal de Ganemos Córdoba, allá por enero de 2016, de declaración de ciudad libre de circos con animales y su prohibición en el término municipal de Córdoba de la instalación de circos que los utilicen en sus espectáculos”. Se pregunta además “para qué sirve una moción si después no se hace seguimiento de la misma ni se hacen cumplir, y si se han modificado las ordenanzas municipales para adaptarse al acuerdo aprobado y se ha instado a la Junta de Andalucía a la modificación de la Ley 11/2003 de 24 de noviembre de protección de animales para garantizar una Ley de bienestar animal más acorde y completa”.
Ana María Carnero, portavoz de Equo Córdoba espera que “la corporación municipal de Córdoba y de los diferentes municipios de la provincia promuevan actuaciones y ordenanzas encaminadas a convertir sus municipios en ”ciudades amigas para los animales“ y que no permitan la entrada ni instalación de circos que trabajen con éstos”. Además que “ya son muchos los municipios que han prohibido los circos con animales y un gran número de países están promoviendo leyes y ordenanzas para proteger a los mismos”.
Según Equo, los animales de los circos, ausentes de bienestar, pasan la mayor parte de su vida en el interior de camiones y recluidos en jaulas de dimensiones pequeñas. “Los animales deben recibir el trato que, atendiendo a sus necesidades etológicas, procuren su bienestar y en los circos esto no es posible por vivir éstos en condiciones de cautiverio, alojados en espacios reducidos que no satisfacen sus necesidades físicas y sociales más básicas. Son numerosos estudios científicos los que así lo corroboran”.
“El mantenimiento de animales en circos no contribuye a la conservación de las especies ni resulta educativo para los menores de edad que configuran el público mayoritario de estos espectáculos”, concluyen.
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