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Las continuas lluvias aguan a los caracoleros una “malísima” temporada

Caracolada 2018 en las Setas de Noreña | TONI BLANCO

Alejandra Luque

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Finaliza la temporada y toca hacer balance. Las continuas lluvias hacían presagiar los peores augurios y estos se han cumplido. A la espera de hacer una balance con cifras concretas, el presidente de la Asociación de Comerciantes Caracoleros Cordobeses, José Antonio Henares, califica la temporada como “malísima”. Los malos resultados son de tal calibre que le llevan a asegurar que esta es la peor campaña por la que él ha atravesado después de 12 años en el sector.

El estreno de la temporada ya vino acompañado de lluvias. El pasado 26 de febrero, los caracoleros decidieron adelantar la apertura de los puestos para, así, aprovechar el “tirón” del 28 de febrero, Día de Andalucía. Sin embargo, de poco les sirvió adoptar esta decisión ya que, tres días después de la apertura, un carrusel de borrascas provocó lluvias continuadas “durante 45 días”. Porque, si el mes de marzo fue malo para ellos, abril también continuó esa estela.

A ese mes y medio de lluvias intermitentes, Henares añade los días inestables que también han provocado precipitaciones aunque de carácter débil. Las rachas de viento, además, han sido otro hándicap con el que los caracoleros han contado en esta temporada tan atípica.

Menos venta y menos trabajadores

Si hablamos de toneladas vendidas, Henares -que tiene su puesto en la Plaza de la Oca- confiesa que dejó de calcular lo que iba vendiendo, pero asegura que “muchísimo menos que el año pasado”. En materia de generación de empleo, cuenta que cada año contrataba a tres personas. Sin embargo, para esta campaña ha tenido dos empleados menos y durante “tres meses” ha estado él solo.

Este breve resumen de la temporada, asegura, no es sólo testimonio de un solo empresario, sino que ha sido la tónica habitual salvo “los cuatro puestos de siempre, que sí les ha ido bien”. “A los demás, a los puestos chicos, nos ha costado el dinero” esta temporada, asegura Henares.

La actual ordenanza municipal permite a los caracoleros únicamente la colocación de toldos que pueden, en el mejor de los casos, refugiar a los clientes de una lluvia débil. En ese sentido, Henares apunta “que las carpas también están completamente prohibidas”. Sea como fuera, las intensas borrascas han llevado a muchos puestos a cerrar antes de la hora establecida o, incluso, no abrir cuando el cielo anunciaba un largo día de chubascos.

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