La comisión de la Memoria aprueba cambiar las calles Cruz Conde, Vallellano o Cañero
La Comisión Municipal de la Memoria Histórica ha aprobado en su vespertina reunión de este miércoles su dictamen final donde pese que ha reinado la unanimidad sí que ha habido propuestas que han tenido que salir adelante con el voto en contra del PP, Ciudadanos y UCOR. Las más significativas, la propuesta para que el Pleno decida retirar el nombre de Cruz Conde de la calle entre Las Tendillas y Ronda de los Tejares, de la plaza de Cañero, de la avenida de Conde de Vallellano, de la calle Cronista Rey Díaz, la calle José María Pemán y la Cruz de los Caídos en la Plaza de la Constitución.
No obstante, por unanimidad se ha aprobado la retirada del nombre de las calles Joaquín López Huici, Fernando Fernández Martínez, Joaquín Benjumea, Periodista García Prieto, Glorieta de los Artilleros, General Franco y de las placas del antiguo Ministerio de Vivienda. La propuesta para cambiar el nombre de las calles Periodista Quesada Chacón, Periodista Aguilera, Poeta Antonio Arévalo y Poeta Francisco Arévalo también ha sido aprobada, aunque con la abstención de la oposición.
Más allá de la simbología de estas calles, los miembros de la comisión, presidida por José Rojas, han valorado que en las reuniones ha reinado la unanimidad, principalmente relacionada con la apertura y reparación de las fosas comunes donde hay al menos 4.000 cadáveres represaliados durante la Guerra Civil y el franquismo, y también en la creación de nuevos lugares de la memoria.
Además, la comisión “propone que se ponga en marcha una campaña de concienciación de nuestra historia a través de las redes municipales y los órganos de participación ciudadana”, para reparar la represión del franquismo. La comisión no ha discutido la propuesta que ha hecho el PP en rueda de prensa de realizar una consulta popular sobre el cambio de la nomenclatura de algunas calles.
“El dictamen que hemos acordado de forma unánime es fruto de los trabajos que hemos desarrollado en estos seis meses”, explicó, de manera didáctica, el presidente de la comisión, José Rojas. El presidente de la comisión también ha lamentado que “no es fácil acceder a nuestros archivos históricos, a nuestros museos y al trabajo que nos ha encargado el Pleno. Todos los que estamos aquí de forma voluntaria. Dirigirnos a alguna de las instituciones desde prisiones o cualquier archivo es muy complejo”, señaló.
Además, insistió en que “si el documento no venía con datos, completo, con rigor, no pasaba. Ese rigor lo ha llevado la comisión. Nombres de las calles, lugares de memoria y exhumaciones, todo”, explicó. “Aquellos trabajos que no han prosperado han sido fruto de eso”, agregó.
“En la documentación tras el dictamen hay un informe técnico de historiadores y arqueólogos que localizan las dos fosas principales, un estudio de georradar donde hay una serie de trabajos y que se incorpora, un listado que viene de los trabajos para la construcción de los muros. 2.700 personas con nombres y apellidos que aparecen en el libro del capellán”, señaló, al tiempo que informaron de que se ha propuesto la creación de un “censo de familias represaliadas en Córdoba”, que se elabore un estudio de viabilidad para la exhumación de las fosas, la apertura de una oficina de víctimas y la creación por parte de la Universidad de una Cátedra de Memoria Histórica.
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