El bus que ardió sufrió siete averías solo en septiembre

Un informe de Aucorsa detalla que las correas del alternador fueron sustituidas dos veces en 15 días aunque desvincula el incendio de estos problemas mecánicos

El autobús de Aucorsa que el pasado 2 de octubre salió ardiendo cuando era conducido camino de las cocheras de la compañía municipal de transporte había sufrido siete averías distintas solo en el mes de septiembre, aunque ninguna de ellas tuviera que ver con la que ese día acabó provocando un incendio que acabó en siniestro total. Ayer, Aucorsa celebró un consejo extraordinario en el que se presentó un informe sobre las causas, consecuencias y detalles del siniestro, además de aportar todos los datos del bus siniestrado.

En un apartado, en el informe destacan los “mantenimientos correctivos más destacados” (el propio redactor del documento abre un paréntesis para destacar que se trata de “intervenciones por avería”) realizados al autobús que ardió desde que se incorporó a la flota de Aucorsa el 7 de mayo de este año hasta que se incendió el 2 de octubre. Todas estas averías, un total de siete, se produjeron en el mes de septiembre.

Así, el informe detalla que el día 5 se cambió el silentblock compresor y la correa del aire acondicionado. El 11 de septiembre el bus volvió a cocheras para que se le corrigiera la pérdida de aire que sufría. Al día siguiente tuvo que ser revisado el aire acondicionado porque enfriaba poco. El día 16 se sustituyeron las correas del alternador y del aire acondicionado. El día siguiente volvió a cocheras para corregir la entrada de agua por cristal. El 23 se le volvió a corregir la pérdida de refrigerante, y posteriormente el 30 de septiembre se volvieron a cambiar las correas del ventilador, del aire acondicionado y del alternador. Ninguna de estas averías “ha tenido relación con el siniestro producido el pasado 2 de octubre”, según concluye el informe.

En cuanto a las causas del siniestro que acabó en incendio, el informe asegura que según la opinión de los técnicos de Aucorsa la avería inicial se produjo por “un cortocircuito originado por daño en un cable de corriente directa por el que circula una gran intensidad, haciendo masa y salto eléctrico con algún otro punto del chasis del vehículo que a ciencia cierta se desconoce”.

El vehículo siniestrado era un Renault Cityline que tenía 13 años, 541.979 kilómetros y que fue trasladado a Córdoba en marzo de 2014. El autobús pasó todas las revisiones cualificadas, incluida la ITV en Andalucía y otra previa en enero de este año en Madrid.

El autobús era revisado habitualmente cada 20.000 kilómetros, se le cambiaba el aceite del motor cada 35.000 y semanalmente eran revisados sus niveles de aceite y anticongelante. Además, se le miraba el estado de los neumáticos una vez al mes. La última ITV que pasó el vehículo fue el 25 de julio. Según el acta, se miraron principalmente los frenos, la dirección, la suspensión, los neumáticos y los sistemas de seguridad.

DEBATE EN EL PLENO

Por otra parte, el estado de la flota de Aucorsa fue debatido ayer dos veces. A primera hora de la mañana se celebró un consejo extraordinario de Aucorsa en la sede de la compañía y posteriormente en el Pleno se discutió una moción conjunta que habían presentado IU y PSOE exigiendo la retirada de los autobuses de segunda mano que compró la compañía a la EMT de Madrid. Finalmente, la moción fue rechazada con los votos del PP y de UCOR. Su presidente, Rafael Gómez, rechazó el debate argumentando que había que hablar de empleo en el Pleno y que el que haya ardido un autobús de Aucorsa “es pecata minuta” frente a los problemas de los cordobeses.

La presidenta de la compañía, Ana Tamayo, defendió la adquisición de Aucorsa y garantizó la seguridad de la flota, asegurando que la mejor recompensa era que “los cordobeses confían en su empresa de transportes” ya que ha aumentado el número de pasajeros. También argumentó que el incendio se debió a un accidente fortuito y que el autobús había pasado todas las revisiones pertinentes.