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Baena, los judíos y el tambor: experiencia única en la provincia

Semana Santa de Baena | JUAN CARLOS ROLDÁN SILLERO

José Prieto

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La riqueza de la Semana Santa en la provincia de Córdoba tiene en Baena uno de sus puntales. La localidad de la Campiña Este celebra la Pasión de Jesucristo de una forma muy peculiar, con tradiciones únicas respecto a los municipios cordobeses como son los toques de tambor de las turbas de judíos coliblancos y colinegros, llamados así por las colas que cuelgan de sus cascos. Este 2019, además, será el primer año en que la Semana Santa de Baena se celebre con este hecho declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, junto a las tamboradas de otros municipios españoles como Calanda (Teruel) o Tobarra (Albacete). Así, el presidente de la Agrupación de Cofradías de Baena, Guillermo Iván Bernal, cuenta que “la presencia del judío es el verdadero hecho diferencial y único con el resto de las Semanas Santas, no solo de Andalucía, sino de España en general”.

En este sentido, la declaración de Patrimonio Mundial “supone una responsabilidad extra  en el sentido de la protección de nuestras tradiciones, pero debemos partir de una premisa previa, en Baena no existen tamboradas, en Baena se toca el tambor en Semana Santa como forma de expresión de la cultura, la antropología y la religiosidad popular”, explica Bernal, que asegura que para las cofradías supone un “profundo orgullo que una parte significativa de nuestra Semana Santa, como es el toque del tambor y todo lo que lo rodea: artesanía, transmisión de una herencia... sea reconocido de tal manera por la Unesco, es lo máximo a lo que se puede aspirar”.

Pero el tambor no es el único aspecto a tener en cuenta de la Pasión de Jesucristo en esta localidad, celebración que se remonta al siglo XVI. En esa época tienen sus orígenes algunas de las hermandades que hoy aún hacen estación de penitencia, producto de la Contrarreforma de la Iglesia Católica y del asentamiento en Baena de las órdenes franciscanas y dominicas, con las que toman auge los cultos. En Baena también es distinta la cronología de las procesiones a, por ejemplo, Córdoba, “ya que los titulares de nuestras cofradías marcan los distintos tiempos bíblicos perfectamente: el Domingo de Ramos, Jesús hace su Entrada Triunfal en Jerusalén; el Miércoles Santo, Jesús ora en el huerto; el Jueves Santo, Jesús es prendido y, con su humildad, acepta ser humillado; tras el Vía Crucis de la primeras horas del Viernes Santo, es conducido al Calvario con su Cruz a cuestas, crucificado, muerto y sepultado en la tarde del Viernes, y resucita en la mañana del Domingo de Resurrección”, relata el presidente de las cofradías baenenses.

Asimismo, en este lugar de la provincia en el que el aceite tiene denominación de origen no se pueden equiparar como en el resto de las localidades hermandad y cofradía, pues la Semana Mayor se conforma alrededor de siete cofradías de las que parten gran cantidad de hermandades y también cuadrillas, que son casi setenta. Por su parte, “los judíos se dividen en los turbas blanca y negra y, a su vez, cada una de éstas se organiza en ocho cuadrillas”, detalla Bernal a EL CIRINEO. Aunque cuando hay procesión, van tras ella, es a partir del Miércoles Santo de madrugada cuando se puede ver a los judíos de aquí para allá por las calles tocando el tambor. Como curiosidad, “el negro predomina en el día y el blanco en la noche, con lo que el judío se contrapone a la luz del sol”, indica Bernal, que también añade que no hay “lucha” ni rivalidad entre las turbas coliblancas y colinegras.

Símbolo identitario

En Baena, la Semana Santa es algo que no se podría comparar con el resto de las fiestas que se celebran allí. Como dato objetivo, basta decir que hay 7.000 cofrades censados en una localidad de 19.300 habitantes (según datos del Instituto de Estadística de la Junta de Andalucía). Esto supone que participa en las procesiones un 36% de la población, aunque haya que sumar a esto a los miles de baenenses que forman parte como público. Y es que es una fiesta que, en palabras del presidente de las cofradías, “iguala a todos los vecinos de Baena, siendo el cordón umbilical que a muchos de los hijos de Baena los une a la tierra que los vio nacer y con sus familiares y amigos”.

Además, son típicas de Baena las representaciones bíblicas en el transcurso de las procesiones, como por ejemplo el paso del evangelista, el sorteo de la túnica o los prendimientos de Jesús. También forman parte de la celebración primaveral de este pueblo los Misereres, que son “actos penitenciales de arrepentimiento que se realizan para alcanzar la reconciliación con Dios tras haber pecado y que las hermandades realizan en honor de sus titulares con un texto original de Baena que reproduce el Salmo 51, junto al Stabat Mater”, explica Guillermo Iván Bernal. Por otro lado, están las Estaciones, un desfile que realizan las cofradías en la tarde del Jueves Santo para visitar los Sagrarios tras los Oficios el día que se rememora la institución de la Eucaristía.

En Baena, la imagen de mayor devoción es la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, y son de gran interés artístico las de Jesús de los Azotes y del Ecce-Homo, que salen en procesión en la tarde del Miércoles Santo; la del Cristo de la Sangre, que lo hace el Viernes Santo por la noche, mientras que la de mayor antigüedad es el Santísimo Cristo del Perdón, que realiza su Vía Crucis en las primeras horas de la madrugada del Viernes Santo.

Por todo lo anterior, la Semana Santa de Baena es la única de Andalucía en la que una de sus tradiciones se ha declarado Patrimonio de la Humanidad. Además, la celebración está declarada de Interés Turístico Nacional y en este momento se encuentra inmersa para su reconocimiento como de Interés Turístico Internacional.

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