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El Arcángel y el derecho de uso de la 'Unión Futbolística Cordobesa', otro quebradero para el Ayuntamiento

El estadio El Arcángel, en vista aérea | MADERO CUBERO

Alfonso Alba

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Técnicamente, el Estadio Municipal El Arcángel está en el más absoluto de los limbos jurídicos. El campo de fútbol es municipal. Su titularidad es del Ayuntamiento y el derecho de uso y disfrute del mismo está “peor que en precario”, según detallan fuentes municipales a este periódico. El estadio está siendo usado por el Córdoba Club de Fútbol Sociedad Anónima Deportiva (SAD) desde que se construyó en 1993 y se empezó a reformar apenas una década después. Pero con escasa o prácticamente inexistente seguridad jurídica detrás. Ahora, con la más que probable venta de la unidad productiva del Córdoba CF al fondo Infinity y la creación de una nueva SAD, la Unión Futbolística Cordobesa, el Ayuntamiento tiene que afrontar de manera urgente una nueva solución jurídica.

Antonio Fuentes, el titular del Juzgado de lo Mercantil de Córdoba, firmó un auto el pasado martes que era bastante taxativo: “Dispongo: Autorizar la venta de la Unidad Productiva del Córdoba Club de Fútbol SAD en los términos de la única oferta presentada, la cual incluye el uso en la situación jurídica que se encuentre dicho uso, del Estadio Municipal de El Arcangel”. El gran problema, confirman las fuentes consultadas por este periódico, es que la situación jurídica es “inexistente”.

En las navidades del año 2011, el entonces alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, y el que en ese momento era propietario de la mayoría de las acciones del club, Carlos González, firmaron un “protocolo de intenciones” para que el Córdoba pudiese seguir jugando en El Arcángel. Este protocolo tenía un único valor: las partes mostraban su intención de negociar y firmar un posterior convenio en el que debía regularse el uso del estadio, los compromisos del Córdoba CF y, lo más importante, de qué manera iba a compensar la Sociedad Anónima Deportiva al Ayuntamiento (y a la ciudad) por explotar comercialmente unas instalaciones que habían costado a los cordobeses 50 millones de euros.

Ese convenio no se firmó jamás. Carlos González siempre se negó a la firma del canon (que conllevaba un pago en metálico notable) y el Ayuntamiento tampoco culminó los trámites necesarios para completar la cesión. El más importante, que El Arcángel sigue siendo una zona en obras. El Fondo Sur del estadio se acabó de construir en 2011. Antes se construyeron Preferencia y Fondo Norte, donde el Ayuntamiento cedió al Córdoba Club de Fútbol sus oficinas también a través de un protocolo de intenciones. Allí están las taquillas y la entrada a un aparcamiento. La obra debía haber continuado con la Tribuna, pero el alto coste de su reforma, valorada en más de 20 millones de euros, y el estallido de la crisis frenaron al Ayuntamiento. La obra, por tanto, no está acabada. Y los permisos de ocupación que hay en todo el estadio son provisionales, tanto los principales (al Córdoba CF) como los secundarios (hay oficinas municipales, pero también la sede de Comercio Córdoba o últimamente un espacio para una asociación cordobesista).

Ahora, la situación es más enrevesada aún. El protocolo de intenciones se firmó con Carlos González como propietario del club. Eso sí, fuentes del más alto nivel del equipo de gobierno han detallado a este periódico que se considera que ese primer protocolo fijaba la cesión al club y “no a la Sociedad Anónima Deportiva”. Es decir, habría un resquicio para que en el traspaso de la unidad productiva a la nueva SAD fuese también ese “protocolo de intenciones en precario” que permitiese el uso, disfrute y explotación comercial de El Arcángel.

La situación jurídica de El Arcángel preocupa y mucho. De hecho, se compara con lo que está ocurriendo en el Instituto Municipal de Deportes (Imdeco) y todas sus instalaciones deportivas, además de las salas de barrio. El Imdeco ha tenido que sacar a concurso la cesión y explotación de todas sus instalaciones deportivas. Los clubes de la ciudad tienen que afrontar el pago de canon de uso por el disfrute de las mismas. Un ejemplo es lo que ocurre con el Palcio Municipal de Deportes Vista Alegre, donde, por ejemplo, el uso de sus instalaciones con asistencia de espectadores tiene un coste de 5.000 euros por partido.

El Arcángel, a diferencia de todas las instalaciones del Imdeco, carece de una gestión de precios públicos. Durante todos estos años, el Córdoba CF ha venido explotando comercialmente el estadio sin compensar económicamente al Ayuntamiento más allá de lo que se estableció en aquel más antiguo protocolo de intenciones de hace ocho años: el Ayuntamiento cedía temporalmente el uso a cambio de que la SAD corriese con el gasto de mantenimiento de las instalaciones. Pero no ha sido así. El Ayuntamiento ha llegado a abonar en varios meses la factura de la luz (en la zona de Preferencia hay instalaciones municipales) y hasta la del agua, según señalan las fuentes. Mientras, incluso, se ha llegado a construir una tienda abierta al público de la que no consta licencia en la Gerencia Municipal de Urbanismo, concluyen las fuentes.

Ahora, el club vuelve a estar bajo administración y vigilancia judicial, por lo que la regularización de la que es la mayor instalación deportiva de la ciudad (y también la mayor inversión de dinero público municipal de las últimas tres décadas) se vuelve a convertir en un quebradero de cabeza para el Ayuntamiento.

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