Un año para que le reconozcan el grado total de dependencia
Un hombre ha estado un año esperando a que le reconozcan el grado total de dependencia. Su hija tuvo que acudir al Defensor del Pueblo de Andalucía, Jesús Maeztu, para que mediara en la situación. Según consta en la queja ante el Defensor del Pueblo, la hija exponía que a su padre se le revisó en junio de 2016 su grado de dependencia, que se consideró de grado II. No obstante, según la mujer, el constante empeoramiento de sus condiciones físicas y mentales hizo que este grado fuera insuficiente.
La mujer de este hombre, que era su principal cuidadora, había caído gravemente enferma a lo largo del último año. Sufría anorexia, había perdido 20 kilos de peso, tenía depresión y dificultades crecientes de movilidad. El padre solo tenía una pensión mensual de 605 euros, por lo que no podía contratar a nadie que le aplicara la asistencia que necesitaba.
Según consta en el expediente, al que ha accedido este periódico, “l año pasado les informaron que la ejecución de la ayuda a domicilio era inminente, después que para el mes de julio y ahora, las respuestas que les daban eran confusas y contradictorias”. Ante ello, el Defensor se dirigió a la la Delegación Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales en Córdoba “y en su informe nos indicaron que el 14 de junio de 2016 se aprobó revisión de su situación de dependencia, reconociéndole Grado III, de Gran Dependencia. Se procedió de oficio, por cambio de grado, a revisión del Programa Individual de Atención”, señala el documento.
Así, el 1 de agosto el hombre solicitó que le reconocieran las 70 horas del servicio de ayuda a domicilio, algo que finalmente logró el pasado 21 de julio de este año con una resolución firme.
0