Barras de salvación
El maquillaje en barra ha venido a salvarnos en esta coyuntura de 2018, erigiéndose en el producto preferido y más útil de mi neceser. Unos toques con la stick foundation, extender con los dedos, aplicar polvos sueltos de sellado ultraligeros, algo de iluminador o bronceador -según el tono de la piel-, y está listo un maquillaje perfecto para todo el día.
Existen formas tan simples como prácticas, y la barra o stick es una de ellas: facilidad en el uso, buena conservación, se lleva en el bolsillo para retocarse, no se rompe o pesa como los frascos de cristal, y se apura hasta el final, que no es el caso de los tubos o envases de plástico.
Las fórmulas de estos maquillajes son de última generación. La cobertura es modulable, contienen tratamiento, algunas hasta corrector incluido. Además, existe una gama bastante amplia de precios sin renunciar a la calidad.
Me gustan el de YSL, Bobbi Brown, NARS, Hourglass, novedad en Sephora, y las de KIKO de la nueva colección de otoño.
En las páginas de estas firmas existen tutoriales multimedia sobre cómo aplicar la base de maquillaje en barra. YSL ha hecho una apuesta interesante, al mostrar el cutis sin base alguna (con sus rojeces, distintos tonos, ojeras, etcétera) en bellos rostros de las modelos, y el mágico y natural resultado tras aplicar el producto. Además, la reproducción de los tonos y la realidad de las diferentes tonalidades y matices de piel, junto con una clasificación muy útil de los colores, hace que con solamente visionar ya podamos hacernos una idea de los dos o tres tonos que conviene probar en los puntos de venta para acertar en la elección de nuestro maquillaje.
Otras buenas opciones son las bases en stick de L´Oréal y las de Max Factor.
Con un stick o barra de buen color de cara, nos comemos el mundo.
Nota: Las menciones a marcas y productos no llevan aparejada ninguna contraprestación.
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