Córdoba Pionera

Partiendo de una visión parcial de las cosas...

Córdoba es pionera. Suena a lema político pero, en este caso, es cierto. Mírenla, ahí va Córdoba, abriendo camino a España.

Cuando en 1996 Álvarez Cascos se casaba aquí con Gema Ruiz nada hacía presagiar que el arreglo de los jardines municipales, el interés por engalanar la ciudad para contrayentes e invitados, librarla de okupas y asegurarla bien con centenares de efectivos policiales públicos, sería presagio de lo que después iba a ocurrir en 2002 en El Escorial. La boda de la hija del presidente se constataría como la fiesta privada con mayores intereses en lo público. Ay esa boda, qué envidia de invitados. En 1996, Córdoba Pionera.

Cuando la banca se pavoneaba de estar saneada y Zapatero decía aquello de que España contaba con el sistema financiero “más sólido de la comunidad internacional” (2008), nuestra Córdoba Avantgarde adelantaba el inminente caos con la intervención de Cajasur. 2010, Córdoba Pionera.

Algo después, tras desmoronarse los pilares de Nuestra Historia Reciente –Gómez, Aguilar, Castillejo- se abría un peligroso hueco para la llegada de algún salvapatrias que viniera a asumir el vacío dejado por ese trío mítico. Pensé entonces que el hueco dejado podría ser ocupado por algún inédito populista, sin advertir lo que luego ocurriría: el regreso de uno de los antiguos jefes de la tribu: Sandokán, que fue elevado a concejal en las municipales de 2011. Las segundas partes nunca fueron buenas. La historia podría repetirse en España. Ahora es Aznar quien amaga con volver y recoger las miguitas de pan dejadas, conferencia a conferencia, en el camino. Recuerdo a Berlusconi volviendo, con ese gesto cutre y decadente de quien no sabe decir adiós, como un torero que no acaba de retirarse y anuncia año tras año su triste regreso. La capacidad de sorpresa de este país es inagotable.