Manon y Julio han recorrido medio mundo en bicicleta y están empeñados en montar al otro medio sobre dos ruedas para propagar los beneficios de la movilidad activa. Discípulos de Malabrocca, llevan lustros investigando sobre intermodalidad, urbanismo, mecánica o educación. Siempre en y sobre sus velocípedos. Como profes que son, les encanta aprender. Están convencidos que esto de la movilidad activa es la solución a la insoportable levedad del ser en la era del petróleo. Para ello han puesto a pedalear todo lo que han aprendido en su formación en sociología, economía, pedagogía, turismo o gestión cultural. Y han metido todo en una coctelera para fundar Revelociona SCA. Los de Cordópolis les han dejado esta esquinita para compartir los paisajes, análisis y resultados que ven desde su manillar.
Tor y la ortografía. Capítulo 3
Años 70. Fiebre del oro blanco en el Pirineo. La construcción de la estación de esquí de Vallnord-Arinsal, en la parte andorrana –recuerden, sobre la subida al Cabús que hablábamos en el capítulo 1 del precepto ciclista– deja un buen reguero de pesetas que se reparten en unas pocas manos insaciables.
En Tor se desata la codicia. Los más listillos del pueblo echan cuentas rápidas: 2 + 2 = 4. Y advierten que si ponen a disposición de los halcones del dinero las 2600ha del pueblito de Tor, se embolsarán un pingüe capital. Por lo que leguleyos, y más cortos que perezosos y contra la lógica histórica, empiezan a arrogarse la propiedad de las tierras procomunales con triquiñuelas judiciales y amenazas entre vecinos. Por las malas y por las bravas.
La avaricia ciega la paz de siglos en Tor. La tensión va en aumento y las rencillas terminan por quebrar la convivencia. En la montaña se escucha un “crack”. Y la tirantez por apropiarse de la tierra culmina en 1980 en un tiroteo al más puro estilo western. Pero con sangre y balas de verdad. Que deja en estado de fiambre a dos pistoleros de uno de los bandos contendientes.
Los protagonistas: el Sansa y el Palanca, los de siempre. Los hechos: dos hombres de gatillo fácil del Sansa, que tenía como gurú a un tal Castañer, descerrajan a tiros a dos secuaces del Palanca. Uno de los autores responde al apodo de “el Guapo” y otro es un tipo turbio que había sido guardia civil. Ambos son condenados después por ello. Pero hasta el becario del juzgado sabe que si bien el Guapo y el Guardia apretaron el gatillo (y otros dos pusieron el cuerpo y la vida), estos no son más que mercenarios de los dos machos de la montaña.
Y ya nunca nada volverá a ser igual. Como es fácil de imaginar por todo lo anterior, el Palanca y el Sansa no se pueden ver ni en pintura. Lo que en un pueblo de trece casas resulta harto complicado.
Resultado 2-0
Por la fuerza y por los números, de esa escaramuza salen reforzados Ruben Castañer, cabecilla e ideólogo de la operación inmobiliaria, y el Sansa, manijero y hombre de paja del primero. Así que Sansa ya va con el gas pillado y no ceja en sus aspiraciones imperialistas. Porfía y porfía. Y tras tres lustros de amenazas y artimañas legales consigue su objetivo: en febrero de 1995 un juez le da por darle la razón y la propiedad de toda la montaña, en detrimento de los otros doce vecinos. La razón principal esgrimida por el juez es que el Sansa es el “único vecino que sigue viviendo en el núcleo de Tor con casa abierta y chimenea humeante”.
El juez dictó sentencia pero se olvidó de la paz. No por azar se le dice “el fallo del juez”. Y tan sólo cinco meses más tarde el cadáver de el Sansa fue encontrado en su casa entre larvas, con los pies atados y la cara descompuesta, por el susto de muerte y por yacer sin pulso durante días. Con un alambre eléctrico alrededor del cuello que le había cercenado las últimas palabras y sacado los ojos de las órbitas. El veredicto judicial fue su sentencia.
Ante la obviedad, el propio magistrado, un tiempo después, se retracta y vuelve a otorgar la propiedad de la montaña de Tor a las familias que históricamente habían habitado el remanso toredano de paz del Pirineo. De los autores materiales de este crimen no se ha sabido nada desde entonces. Ya han pasado 30 años. Y hace diez que prescribió. El crimen perfecto.
Con el paso de los años, y gracias a un libro y una serie de éxito, no hacen nada más que sacarle la punta a la historia de el Sansa y el Palanca. Y encima ahora también parece que Tor se ha puesto de moda en lo que se conoce como “tanatoturismo”. Un neologismo con ínfulas gongorinas para designar una actividad de frikis a la búsqueda de un muerto y una historia que llevarse al instagram. Y que estas hordas, entre las que suele encontrarse lo mejorcito de cada casa, están atestando Tor y su montaña de 4x4s, de mala educación y de impertinencia urbanita, aunque vestidos siempre de domingo.
Esto pasa en un abrir y cerrar de ojos, en lo que dura el saludo con algunas “toredanas” que, ajenas a la penumbra, exhiben una divertidísima amabilidad en la fonda abierta y con chimenea encendida para los bandoleros de guante blanco. Resulta difícil, a la par que tétrico, imaginar el terror del que fue escenario esta bella estampa natural y humana que se abre ante nuestros ojos en la actualidad.
Tras Tor, siguiendo el valle, la Noguera atraviesa posteriormente la localidad de Alins, de la que depende Tor. Y un poco más aguas abajo, en su mansedad, será alicatada con donuts de rafting y plátanos de kayaks con la noble intención de acolchar las posaderas de rebaños de pixapins vestidos de hombres rana.
Resumiendo: del tráfico de contrabandistas al tráfico de turistas en quad y 4x4 en apenas unas décadas… But don’t take it personally, tourist, we actually love you.
Y así, niñas y niños, es como termina la edificante historia de Tor. El anti oasis de penumbra humana en medio de la elegante perfección natural. Y que ha sido escenario del horror patriarcal de avaricia y deslealtad al que sus vecinos, que no vecinas, llegaron a someter a sus bellas cumbres. En donde hasta la “H”, siempre muda y elegante, se le escapa un quejío y se tapa la cara para ni ver, ni oír ni callar.
P.D. La rueda gira. El aire fresco del descenso que recomienza descarga un poco la atmósfera cerebral. Y en la cabeza, 400 carros de supermercado cayendo en bucle por un acantilado Por todo lo que nos ha pasado en apenas tres horas y media. La rueda gira. Y aún nos quedan 15 km más de bajada por la Noguera y cuarenta de llano para, tras Sort y dos calurosos y prolongados ascensos, adentrarse hacia la Vall de Boí en una contrarreloj de lluvia y frenesí. Gira, gira. En la busca desesperada del abrazo de Sant Pablo y Santa Sonia. Los dos seres más ortográfica, elegante e inteligentemente bellos del mundo conocido, que acogen al peregrino en su templo. Para agarrar sus carnes y sus corazones y poder así discernir la realidad de la ficción. De todo este universo fugaz en forma de vergel y muñecas rusas que es el Pirineu català. À vélo.
8am a 19.30h del 17 de agosto de 2025, al albor del 4º año de la Reveloción.
N. del A. Todos los nombres usados en este relato son ficción. Así como el propio relato. Salvo el personaje de la H que no ha temido gritar su identidad.
* Gracias, Abel, le Pixapí, por la palabra y por la amistad de Hannes. Todo esto huele a ti.
Sobre este blog
Manon y Julio han recorrido medio mundo en bicicleta y están empeñados en montar al otro medio sobre dos ruedas para propagar los beneficios de la movilidad activa. Discípulos de Malabrocca, llevan lustros investigando sobre intermodalidad, urbanismo, mecánica o educación. Siempre en y sobre sus velocípedos. Como profes que son, les encanta aprender. Están convencidos que esto de la movilidad activa es la solución a la insoportable levedad del ser en la era del petróleo. Para ello han puesto a pedalear todo lo que han aprendido en su formación en sociología, economía, pedagogía, turismo o gestión cultural. Y han metido todo en una coctelera para fundar Revelociona SCA. Los de Cordópolis les han dejado esta esquinita para compartir los paisajes, análisis y resultados que ven desde su manillar.
0