Libros que conmocionan
Una amiga, a la que recuerdo siempre joven, me llamó hace unos días para pedirme consejo sobre posibles lecturas este verano. No me sorprendió su llamada. De ella recuerdo, de jóvenes, su permanente temor a la enfermedad. Su constante y atenta preocupación provocaba más daño que beneficio. Ella no lo sabía. Desde hace un año me llama todas las semanas. Algún día la incredulidad ocupará todo el espacio. No sé si realmente su petición era real o no, en cualquier caso ese día yo también me recordé siempre joven. Aprovecho este breve espacio para responderle. Previo a las recomendaciones es necesario recordar que el verano es un tiempo en el que la piel se va endureciendo y esto nos obliga a ir más despacio (en casi todo).
La primera lectura que le recomiendo es breve. Parece un cuento. Sucede la historia en un circo. Un elefante decidió un buen día pensar “en elefante”, es decir, tener ideas tan grandes como su tamaño. Harto de los domadores y de la pasividad y servidumbre de todos los animales, pensó convocar una huelga general y... Es un texto conmovedor e impecable. Es un libro suave y necesario como abrigarse. Es un libro preciso sin doler, exacto sin molestar. Su autora falleció recientemente.
Elsa Bornemann escribió, en tiempos muy duros, Un elefante ocupa mucho espacio. A ella también, en verano, se le endureció la piel, pero no las ideas. Su libro de cuentos fue prohibido por la dictadura argentina del general Videla. Un domador.
La segunda lectura que le recomiendo es densa. Tiene a su favor la presencia de imágenes. Es un cómic. Mejor dicho es la más sorprendente novela gráfica contemporánea (así lo llaman los entendidos).
Esta enorme obra se llama Contrato con Dios, de Will Eisner. La primera parte comienza de esta manera: Todo aquel día estuvo diluviando sin parar en el Bronx; se desbordaron las alcantarillas y el agua cubrió las aceras... El protagonista,
Frimme Hersch, asiste bajo la intensa lluvia al entierro de su hija Raquel; hundido llega a su casa e inicia un diálogo con nadie: Tenía un contrato con Dios, ¡y un contrato es un contrato!
La segunda historia, Ansia de vivir, nos presenta a Jacob Shtarkah, un hombre derrotado que se pregunta ¿en qué se diferencia un hombre de una cucaracha? La tercera parte es una obra coral, polifónica, denominada La avenida Dropsie. Describe la existencia de un numeroso grupo de testigos que como si fuesen hormigas se arremolinan alrededor de un trozo de comida en el suelo. Es un impactante recorrido postal que transcurre, desde 1860 hasta la actualidad, en un barrio de Nueva York. Holandeses, ingleses, irlandeses, italianos, judíos, hispanos, negros... se miran de reojo. Contrabandistas, especuladores y políticos (de viejas y nuevas castas) se dedican a salvarse ellos mismos. Todo en esta obra está a punto de desbordarse... como las alcantarillas.
La tercera lectura que le recomiendo es necesaria. Sobre todo para ella. Le va a ayudar a superar el miedo. Es un ensayo escrito por el hijo de un labrador. Debería estudiarse en todos los centros educativos de Andalucía. Se llama Historia de las agitaciones campesinas andaluzas. Fue escrito por Juan Díaz del Moral. Habla de la historia de una parte del pueblo andaluz. De lo que sucedió. Particular interés tiene (en este tiempo de apariencias) el reconocimiento del afán de vida, del entusiasmo por conocer, del esfuerzo por aprender, de una parte importante de las clases populares.
Dice Díaz del Moral:
El credo libertario había despertado en el campesinado un sincero afán por la cultura (...).En los descansos del trabajo y por la noche, después de la cena, el más instruido leía en voz alta (...); es verdad que el 70 u 80 por ciento no sabía leer pero el entusiasta analfabeto compraba su periódico y se lo daba a leer a un compañero(...). Igual que ahora...
Tres libros conmovedores. Es decir que provocan una verdadera conmoción.
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