Cómo visitar a una Reciente Mamá y que se muera de amor por ti.
Poca gente se para a pensar lo realmente difíciles que son los primeros días tras el parto para esa pareja, y en concreto para esa madre. Y es curioso, porque muchos de nosotros (y sobretodo, nosotras) lo hemos vivido en nuestras propias carnes, pero como hacemos las cosas por inercia y luego se nos olvida.... pues aquí, erre que erre.
Se nos olvida que recién paridas no teníamos ganas de visita, que sólo necesitábamos descansar y volver a casa para retomar la “normalidad”. Se nos olvida que el aluvión de visitas del principio (cargadas de buena intención y alegría, no lo negamos) pudieron llegar a ser tremendamente agobiantes y nada apetecibles. Se nos olvida que estábamos convalecientes y sin ganas de cháchara y que dar la tetilla en público no siempre era plato de buen gusto (por muy natural que lo viera el populacho desde fuera, pero perdóname, son mis tetillas). Y se nos olvida que las hormonas se estaban empezando a hacer increíblemente fuertes y nos iban a jugar una mala pasada en forma de baja autoestima, duda, llanto y desconfianza (alimentada por los consejos bienintencionados que vienen en lote con las visitas, todo hay que decirlo). Se nos olvidó todo esto....y ahora pare mi prima y pierdo el culo para ir a visitarla.....ainssss.
Creo no equivocarme si os recuerdo que las primeras horas son muy muy difíciles, ya lo hablábamos aquí y aquí, por tanto, dejar un poco de espacio a esa madre para que se vaya adaptando, sería de agradecer.
Hay visitas y visitas, maticemos.... porque no vamos a meterlas todas en el mismo saco. Por un lado, está aquella que viene a casa, se mimetiza con tu sofá esperando que la recién parida haga de anfitriona y te traiga la cerveza y el jamón, andando “espatarrá” con sus puntos doloridos y pechos ingurgitados, además de ofrecerte la mejor de sus sonrisas a cualquier parida que le sueltes....pues....como que no. En cambio, esa otra visita que empatiza con las necesidades de esa reciente mamá y va a ayudarla, acompañarla, aliviarla y darle apoyo, bienvenida sea.
Y ¿Cómo ayudar a una recién parida? Pues os vamos a dar algunos consejillos gratis para que toméis nota, quedéis como gente maravillosa y esos padres se mueran de amor por vosotros ad infinitum:
Consejo 1: Dejar pasar 24/48 horas hasta el desembarco. Y quien dice 24/48 horas dice 15 días o un mes..... ya puestos a pedir. Y por supuesto, llamar antes al papá para preguntar si podéis acercaros (y digo bien, papá y no mamá, a quien aconsejo apagar el móvil). No digo que no transmitáis vuestra enhorabuena a esos padres conocida la noticia del esperadísimo nacimiento, pero imaginad el aluvión de llamadas que van a recibir el primer día, realmente, eso te puede sobrepasar. Mejor manda un whatsapp al papá (que lo lea cuando pueda/quiera) dejando claro que estás informado, que estás ahí para lo que necesiten, pero recalcando vuestra prudencia de no visitar en estos primeros días de agobio, salvo que ellos mismos te lo soliciten. Lo agradecerán, te lo aseguro y sí, sé que estáis deseando conocer al querubín, pero no preocuparos, no se va a ir de casa en muchos años.... habrá tiempo de sobra de conocerlo antes de que empiece en la universidad.
Consejo 2: Time off. Si finalmente decides visitar en casa u hospital a la feliz mamá, a pesar de haber leído el consejo número 1 (y haber pasado de él, claro), pon el cronómetro de tu rejoj y evita pasar de 10 minutos de visita, pues detrás de ti vendrán más y más visitas y todas se eternizarán en la habitación ocupando cada metro cúbico de espacio libre de la misma, y que además de gastar oxígeno libre, contarán millones de chascarrillos que la mamá no tiene ningún interés en oír, te lo garantizo. Si la visita es en casa, no des lugar a que la mamá tenga que marcharse a su habitación buscando intimidad para amamantar a su cachorro. Es su casa, no tiene por qué marcharse del salón, pero no le agradará que la observen mientras da de mamar, hay mujeres muy pudorosas, sobretodo las primerizas. Respétalo y no des lugar a ello.
Consejo 3: Take away. Lleva comida casera para esa familia que en mucho tiempo va a dejar colgado el delantal tras la puerta de la cocina y tendrán que tirar de lo que pillen. Un par de tuppers con comida casera y reconfortante será el mejor regalo que podrás llevar a esa pareja, créeme. No tiene que ser comida gourmé, bastará con un simple cocido o unas lentejillas con su choricillo y tó. Calentar y listo. Incluso, antes de ir, pregunta si necesitan algo del supermercado, o presupón que lo necesitarán y lleva un cesto de fruta fresca y/o verduritas para que no tengan que salir a diario y se alimenten sanamente. A mí me regalaron un jamón por aquello de que “por la tetilla le va” y oye, me sacó del apurillo, jajaja.... ahí lo dejo....
Consejo 4: No vayas de visita. Las visitas no son bienvenidas, así, en general.... pero sí tal vez aquellos amigos que cuando entran en casa te preguntan qué pueden hacer por ti (o incluso sin preguntar) y se remangan, te quitan la plancha, te ponen una lavadora o cargan el lavavajillas y te dejan la casa como los chorros del oro. ¡¡Esos son amigos para toda la vida!! Morir de amor. Y si no eres de este grupo de amigos maravillosos, sino más bien de los que se dejan querer y esperan el jamón y la cerveza, no eternices la visita... recuerda el consejo número 2 y que no eres bienvenido. Aunque, yo siempre digo... al enemigo ni agua... guárdate el jamón que te va a venir muy bien, no lo malgastes con los non gratos.
Consejo 5: No cuentes batallitas. Solemos dar rienda suelta a nuestra charlatanería en situaciones como esta y nos encanta (seamos realistas, nos venimos arriba) comentar qué tal nos fue a nosotros y qué es lo que hicimos y dejamos de hacer con nuestros hijos. Ya hablábamos aquí de los teleconsejos a domicilio y las ofertas del Carrefour. Presuponer que estos padres no serán capaces de encontrar sus propias respuestas a lo que duden es un poco pretencioso, no caigas en ese error. No des consejos, nace un bebé y nace una madre y un padre, déjalos que ellos solos descubran el camino y lo disfruten, además de aprender de sus propios errores y rectificar sobre ellos, eso forma parte del aprendizaje. No hay otro camino mejor que la propia experimentación (para lo bueno y para lo malo, pero eso déjaselo que lo descubran ellos).
Consejo 6: Reforzar a la mamá. No abrumarla. No darle consejos. Permitirle que ella exprese sus dudas si las tiene, y pida ayuda si la necesita. Escucharla y hacerle ver que lo está haciendo muy bien, que será una buena madre y que las respuestas las tiene ella misma en su interior, sólo tiene que buscarlas con confianza y seguridad en su propia naturaleza. También lo dejábamos caer por aquí.
Consejo 6: No cojas al bebé, a no ser que los padres te lo ofrezcan y por supuesto, nunca si está dormido y previo paso por el cuarto de baño para lavarnos bien las manazas. Ya hemos dicho (más de una vez), que a las madres no nos gusta que nos cojan al cachorro y nos sube la bilirrubina cuando lo vemos de mano en mano....(fíjate bien, verás como no te quita ojo y traga saliva.... ) Respetadlo, ya habrá tiempo de menearlo pasada esta primera fase en la que la mamá tiene que adaptarse a muchas cosas también nuevas para ella, incluido el aprender que no se va a “encanijar” porque la gente lo coja.... pero sed pacientes con ello, no es fácil...a mí me ha costado 23 años aprenderlo, ahora dejo que cojan a mis hijos sin problema.
Consejo Final: Sacar de paseo a los otros hijos, si los hubiera. Quieras que no, esos niños podrán estar encantados con la llegada de su hermano/a (o no), pero aún no se han adaptado a que este feliz hecho (o no tan feliz para ellos) cambiará algo las cosas en casa y que quizás los horarios anteriores o las cosas que veníamos haciendo rutinariamente van a sufrir alguna modificación transitoria, y que tal vez, hoy no habrá parque. Pobresss...¿no te dan penilla?. También quieras que no, quitarlos un poco de en medio, hará que no tengan que escuchar comentarios desafortunados sobre lo precioso que es el bebé y los ojazos que tiene. Son niños y necesitan su rutina y si los papás están algo sobrepasados, pues bienvenida sea la “tita/tito” que se tira a la calle con los bichos mayores a darle capotazo y un ratito de expansión y ¿por qué no...? que les compran un helado porque ellos también son importantes y ¡¡no todos los días les nace a uno un hermano/a!!
Se me ocurre alguna cosilla más para sermonearos, pero son las 2 de la madrugada y mañana hay cole...lo dejo para otra entrada. Id estudiando esto, que cae en el examen final seguro.
❤️❤️ Hasta la próxima.... ❤️❤️
Autor: Dra. Mª Isabel Martínez Muñoz
Médico Especializada en Educación Maternal y Recuperación Puerperal.
Máster en Nutrición Clínica y Alimentación. Universidad de Barcelona
Especialista en Sofrología, Asesora de lactancia Materna y Educadora de Masaje Infantil
Directora del Centro de Educación Maternal C.E.M. Los Arcos
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