Los camareros son seres humanos. Juro. O sea, que tienen también problemas rollo desamor, duelos por muerte de un ser cercano, dolores, deudas, ehmmmm... abortos espontáneos (por decir algo menos abstracto), tristezas... o simplemente un mal día.
A nadie le importa los motivos que les llevan a tener que trabajar y no poderse tomar el día libre, también es verdad. Y tú dirás: “pos si hoy no tienes sangre para dedicarte a currar de cara al público, vete a otro trabajo”, y yo lo entiendo. Pero aquí quisiera tirar una lanza a favor de L@S CAMARER@S y pedir un poquitín de piedad.
1. Si ves a un@ camarer@ serio o triste y le preguntas “¿qué te pasa?” y notas que se le ponen los ojos como a Heidi cuando miraba por la ventana del piso y no veía a sus cabras y no te contesta, no insistas. Lo agradece, pero es que no puede hablar. Porque si habla, echa de menos a las cabras y entonces es cuando la hemos cagao, porque llora, y la noche es larga. Si te aguantas el llanto todo el mundo sabe que te viene el hipo ese involuntario y es una lache.
2. Si te colocas en zona de paso, por ejemplo, a la salida de la barra, y ves que el/la camarer@ ha intentado salir cargad@ unas 19475193619356 veces con prisa y educadamente te ha pedido las mismas 19475193619356 veces: “¿no te importa colocarte un poquitín a ese lado (de acuerdo, con una sonrisa forzada y un tic en el ojo, pero no da más de sí hoy) para que pueda pasar?” ¿es necesario que te niegues a dejar de ser un JUEVES o que te sientas molesto, en vez de dar un par de pasitos a la derecha y dejar vía libre?.
3. Si ves un@ camarer@ cargad@ con una caja a pulso llenita de botellines o vasos has de saber que lo que más molesta es:
A. Que le toques los biceps al pasar por tu lado haciéndole un gestito a tu colega rollo “está fuerte, ¿eh?” porque el labio de la boca le está temblando desde que comenzó la “Yinkana” de ir de barra a barra por entre la multitud ansiosa de bailes y cualquier movimiento involuntario le puede aflojar el brazo y tirarte encima la caja.
B. Que te toque delante una pareja con un baile mono de bailarpegadosesbailar, de esos que si vas pa la derecha bailanpegados a la derecha, si tiras pa la izquierda ellos bailanpegados a la izquierda, si te decantas por tirar por el centro, allá que van a bailarpegados por el centro y entre que la situación se te hace mu ridícula te puede entrar la risa, temblar el brazo... y tirarles encima la caja.
C. Muy importante: SOCORRO QUE SUENEN DE REPENTE LAS GRECAS.
Cuando suenan Las Grecas y llevas una caja de tercios de Heineken a pulso por encima de las cabezas y con una mano, no hay nada peor que toparte con una baile de rumba paya. La GRAN GOTA DE SHINCHAN aparece en tu sien. Y no es que tenga nada en contra de la rumba paya, ni estoy diciendo que sea mejor ni peor que la rumba gitana, gustos personales aparte, pero sí es cierto que la rumbita gitana es más recojidita, sabes tú. Intuyes más por dónde van a ir los braceos y las vueltas, ahí en su corrillo, hazme caso, algo mecánico. Y la rumba paya es más rollo Massiel. Brazos descontrolados que se mueven y estiran a su bola y desequilibran tu caja de birras que pesa como sus muertos, toquillas que danzan al aire y se te meten en los ojos, vueltas en reondo con los ojos cerrados y las patas abiertas con el culo palante y pa atrás que te desequilibran sin querer si es un culogordito o prieto, piernas que taconean como si de La ruta del bombo y el tambor del bajo Aragón se tratase y que te dan justo un toquecito en el tendón del tobillo y casi te matas.
4. Si un/a camarer@ por costumbre se porta bien con sus clientes y es agradable la mayor parte de los días, no le recrimines estar seri@ una noche. No hablo de antipátic@. Únicamente seri@ o triste, mientras te sirva correctamente. Decirle a un@ camarer@ en ese día (o días) puntual cosas como: “deberías aprender a no volcar tus problemas en los demás y disimular” (con la boca en la oreja de la borrachera) es de tener la empatía en el ojete.
5. Por el culo te la hinco. :)
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